jueves, 5 de diciembre de 2019

YO SOY EL PELUQUERO DE LA CÁRCEL

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Jonathan Lucas Matías Ceballos, Fue condenado a perpetua por un homicidio que dice no haber cometido, actualmente apeló la condena y se encuentra en revisión. Vivió en San Martín, en el barrio Libertador, y luego se fue a San Miguel. Sus padres se separaron cuando tenían 6 años. Tiene nueve hermanos, él es el mayor y el único que se dedicó a delinquir. Fue al colegio hasta segundo año del secundario y luego dejó para empezar a trabajar como carnicero. Su primer robo fue producto de un problema económico: “empecé a robar por una necesidad de un momento, mi mujer estaba embarazada, no tenía un mango y salió ir a robar con unos pibes del barrio que robaban cosas menores: asaltamos a un prestamista, un trabajo entregado. Como ví que el delito se pagaba igual si era una bolsa de una vieja que un banco, empecé a pensar grandes objetivos”, cuenta.Empezó a robar lugares que estuvieran asegurados. “Si hacíamos una sucursal bancaria, uno apuntaba a un policía de la garita, otro a la gente y el último entraba y se llevaba la plata”, relata. Las salideras bancarias eran diarias. “Cuando vos vas a robar necesitas que la o las víctimas estén tranquilas, no hay que hacerla poner nerviosa cuando están en el piso”, cuenta. Una vez durante el robo a una joyería tuvo que tirotearse con la policía para poder escapar. “En la balacera dejamos heridos a 18 policías, yo estaba con chaleco e igual recibí cuatro balazos; el auto quedó como un colador. De ahí nos llevamos varios Rolex (los relojes de alta gama). Estando detenido me crucé en un penal al mismo policía que estuvo a cargo del operativo; yo era el peluquero de la cárcel y él se acercó para cortarse el pelo. Cuando lo vi le dije ´¿qué hacemos, lo seguimos o lo dejamos acá? Él me contestó que lo dejábamos ahí´. El 20 de agosto de 2008 intentó robar el banco Galicia de Merlo, “el robo lo hice, pero me imputaron un homicidio que yo no hice, ni tuve que ver. La policía me tenía como objetivo, me seguían todos los policías de la zona. Me empapelaron con esta causa por el robo al Banco Francés de General Rodriguez; como salimos caminando por la puerta de adelante; el jefe de calle lo tomó como un insulto y me la tenía jurada. Yo fui ladrón, pero no homicida, el delito que se me imputa no lo hice”, asegura. En la cárcel terminó el secundario e hizo múltiples cursos universitario, es el peluquero de la cárcel. Tiene cuatro hijos a quienes ve regularmente. La entrevista de Mauro Szeta y el análisis de Laura Quiñones Urquiza Aquí

jueves, 28 de noviembre de 2019

TRANSMISIÓN INTERGENERACIONAL DEL DELITO

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José Luis Vargas Leguizamón, alias "Lucho” tiene 32 años. Fue condenado a tres años y cinco meses de prisión en juicio abreviado por robo agravado. Tiene cinco causas anteriores por robo. Nació y se crio en Villa Mauricio en Monte Chingolo, partido de Lanús. Creció con su madre, su padrastro y 15 hermanos, él es el mayor; todos dedicados al narcotráfico, salvo él. Lucho fue el único que se dedicó a robar. Sus padres, dos de sus hermanas y él están detenidos. De chico lo echaron del jardín de infantes por mal comportamiento, terminó la primaria y luego le faltaron sólo dos materias para terminar el polimodal. “Yo desde chico sé que mis padres eran narcos, vendían cocaína y marihuana. El barrio lo manejaba mi vieja”, cuenta José. Los Vargas son conocidos en Lanús. A los 5 años encontró droga por primera vez en la casa y un par de años después le preguntó a su mamá si ella vendía y ella le respondió que sí. Él quiso diferenciarse y por eso dice que empezó a robar a los 11 años. Los primeros robos fueron a sus maestras en el colegio, él esperaba que estuvieran desprevenidas, les abría la cartera y les sacaba la billetera. Luego robó la plata de la cooperativa y en otra ocasión rompió la puerta del kiosko y lo saqueó. Poco tiempo después comenzaría a robar armado. El primer objetivo fue un almacén, el dueño no quiso darle la plata y le disparó en la rodilla. A partir de ahí decidió dejar de usar arma de fuego. “A los que me cruzaba les arrancaba el cuchillo, si no me daban la plata los lastimaba. Agarraba pibitos que salían de las escuelas privadas. Yo era maldito en la calle, a uno lo apuñalé en la garganta no sé si lo maté”, asegura con cierta jactancia. “Yo veía algo que me gustaba y no paraba hasta tenerlo. No sé qué soy capaz de hacer por un reloj o una pulserita. Yo robaba con cuchillo porque sabía que se me salía la cadena y con un fierro podía llegar a hacer un desastre”, dice. A los 16 años mató por venganza, le dio un tiro en el pecho a uno que se quedó con una parte de él después de un robo. “Lo peor que hice es robarle a mi familia. Yo le sacaba la droga y la plata. Yo era drogadicto, empecé a fumar pasta base a los 19 años; igualmente siempre estuve consciente de lo que hacía”, recuerda. Hizo entraderas, escruches y más. “A mí me gustaba robarle a los cagadores, una vez a uno que hacia la estafa con las pelotitas en la calle le entré en la casa y le robé 7 mil pesos; esa es gente que no sirve para nada”, dice Lucho justificando su accionar. “En las comisarías siempre tuve bardo por ser un Vargas. Me pegaban porque mi familia era narco. Cada vez que caigo preso sé que me espera un bondi, entro sabiendo que voy a tener que arrancar una faca”, cuenta. En su cabeza y en el cuerpo lleva varias heridas. Una vez golpeó a un defensor oficial por considerar que no lo estaban defendiendo como correspondía. Dice no estar arrepentido de nada y que sólo le pediría perdón a su familia por todo lo que les hizo. “Si mi familia deja de vender droga, yo dejo de robar; quiero que se dejen de romper las bolas con la falopa”, asegura. La entrevista completa de Mauro Szeta con el análisis de Laura Quiñones Urquiza para Telefé noticias Aquí

viernes, 1 de noviembre de 2019

ASESINOS ITINERANTES

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El nuevo libro de Mark Safarik (perfilador criminal en jefe del FBI (Ret.)) junto a Katherine Ramsland, sobre Asesinos Itinerantes o Spree Killers, y con el que tuve el gusto de colaborar junto a mis alumnos Larissa Serrano y Cristian Re, aportando casos Argentinos y latinoamericanos, presenta clasificaciones prácticas para la aplicación de la ley y la criminología. Es el único libro de análisis exhaustivo y actualizado sobre los asesinos itinerantes, que difiere de los dedicados a Asesinos en Masa y Asesinos en Serie. Los multicidios se han clasificado tradicionalmente como doble, triple, masa, serie e inactivo, mientras que los en masa y en serie se han subdividido en subcategorías. El asesinato itinerante, implica matar al menos a 3 personas en 2 o + locaciones debido a un frenesí precipitante que alimenta la necesidad de matar, sigue siendo un concepto mal definido. En Estados Unidos, el FBI, sacó este término de su nomenclatura multicidal en 2005, pero la investigación de los autores de 359 casos, que incluyen a 419 asesinos de esta tipología en 43 países, demuestra que no solo hay una vasta diversidad entre las clasificaciones de los asesinos, similares a las diseñadas para la producción en serie, pero también que los subtipos ofrecen una utilidad distinta para la identificación, el seguimiento y el alerta de posibles objetivos. Spree Killers describe la designación de esta tipología de una manera detallada y completa. Además de examinar la literatura existente, analiza casos específicos y patrones de comportamiento criminal, ofrece un perfil completamente elaborado para la tipología. Los comportamientos y motivaciones para los asesinos itinerantes clasificándolos en 6 categorías, que se desarrollan en forma exhaustiva. El libro proporciona información única para el personal policial, forense e investigativo, sobre qué buscar para responder y, en algunos casos, identificar y prevenir ciertos tipos de homicidios.

Se puede adquirir a través de Amazon o CRC Press


domingo, 13 de octubre de 2019

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FEMICIDIOS: análisis de la conducta y perfil del autor desconocido en una investigación criminal. Conferencia de Laura Quiñones Urquiza y Dr. Ramiro Ramos Osorio, Fiscal de Graves Atentados contra las Personas, Salta. Coordina: Ana Spagnuolo, el Martes 22/10, Aula 3-1 de 16.30- 17.30 h. Informes e inscripciones: aap.org.ar

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Foto perteneciente a la Policía De la Provincia de Salta: Comisario General Lic. Félix Pelo Director del Instituto de Educación Policial, Laura Quiñones Urquiza y Comisario Mayor Licenciado Gerardo Aberistain, Subdirector General de la Policía de Salta

Fuente: La Gaceta de Salta:

Laura Quiñones Urquiza enseña el urgente arte de perfilar criminales, ella lee en una escena del crimen datos para delimitar la personalidad de un delincuente.

La escena de un crimen puede ser inescrutable, para algunos. Para una persona capacitada, en cambio, esa escena dice mucho. Laura Quiñones Urquiza pertenece a este segundo grupo: es capaz de leer y analizar una escena, descubre huellas de una personalidad, donde otros sólo ven manchas de sangre, por dar un ejemplo. Ella es perfiladora criminal y la semana pasada estuvo en Salta brindando un seminario intensivo sobre Técnica de Perfilación Criminal de Homicidios y Delitos Sexuales a mujeres y niñxs.

El arte de perfilar delincuentes puede tener sus daños colaterales. En más de una ocasión ella evocó esta advertencia con letanías nietzcheanas: el que lucha con monstruos deberá procurar no convertirse en uno de ellos.

“El rol del perfilador es colaborar en una investigación criminal cuando algunos recursos de la investigación policial se han visto agotados. Lo que hace es un informe técnico consultivo que reduce el número de sospechosos, siempre fundamentando sus dichos, con la investigación policial, que siempre es muy valiosa, el informe médico legal”, dijo a LA GACETA.  El perfilador reúne todos los datos que puede: autopsias, los dictámenes de los criminalistas de campo (los que van al lugar del hecho y levantan las pruebas) y luego, con todo ese material reunido, lee. Uno puntos. Descarta hipótesis, forma otras.

Un perfilador, advierte, debe actualizarse todo el tiempo. Habla de su capacitación: psicología, diplomatura de criminología, criminalística en Derechos Humanos, especialización en perfilación criminal. Pasó por universidades argentinas, españolas, inglesas. Nunca, enfatiza, hay que parar de actualizarse.

Siempre hay un caso que marca un antes y un después. En el caso de Laura, hay dos.  Uno es el caso de un homicidio a un hombre de edad, a un adulto mayor; el otro fue un delito tecnológico, que consistía en amenazas,  hostigamiento, hackeo a un hombre y a su familia. En esa ocasión Laura analizó el modus operandis, es decir los elementos que utilizaba para ocultarse, para reiterar las agresiones y también el sentido psicológico de quién podría tratarse. Qué le preocupaba para llegar a ese punto y a esa obsesión con ese hombre y su familia. Hizo ese trabajo para sacar el perfil del probable autor, es decir el quien, el por qué y el para qué.

Hace hincapié en la investigación científica. El instinto o el olfato no son serios. O no alcanza. “El olfato existe, pero uno no lo puede fundamentar desde el punto de vista científico y tampoco sería serio que uno vaya y diga “mi olfato me dice” tal cosa. A veces sí existe, a veces no. Por lo general lo que a mí me resulta interesante es cuando admite que tiene ciertas limitaciones. Eso es lo importante: saber que uno no sabe ciertas cosas”, dijo.

En Salta disertó sobre casos en los que ella participé, o de casos en los que ella consultada; también casos a los que tuvo acceso sólo para capacitación.

Respeta cada uno de esos casos, a tal punto de que no permitió a los asistentes fotografiar las imágenes que proyecto. “Estamos hablando de víctimas, sino es un espectáculo de gore”, dijo.

La capacitación es necearia porque los métodos cambian. “Violaciones hubo siempre, homicidios hubo siempre, amenazas hubo siempre, pedofilia hubo siempre. Lo que cambió es el modo de hacerlo, el modo de ocultarse y de distribuirlo. Son delitos que se van agiornando… los delitos que  uno conoce en la vida diaria también se han agiornado al aspecto informático. Antes existía el sátiro que iba a la puerta de los colegios y debajo de un tapado le mostraba los genitales a los niños, para asustarlos, para escandalizarlos. Eso está pasando al tema del Sexting, que van hombres, o mujeres adultas que envían imágenes de ese tipo, de desnudez, a menores. Y eso tiene por función naturalizarlos, irlos ablandando, hacerlos entrar en confianza para que ellos hagan lo mismo”, advirtió.

¿Qué perfil es más difícil analizar? Un abusador, un homicida. ¿quién se oculta mejor?

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sábado, 21 de septiembre de 2019

YO LE ROBABA A LOS CHINOS

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Matías Ezequiel Novarese de 22 años, fue condenado a reclusión perpetua por doble homicidio y robo calificado, está detenido hace dos años y medio. Nació y se crió en Villa Lynch, partido de San Martín. Su padre era narco y su madre ama de casa. Tiene siete hermanos. Tuvo muy poca relación con la madre, se crió con los abuelos maternos; la madre lo abandonó y se fue a vivir a Chivilcoy. Hizo el colegio primario, comenzó el secundario pero abandonó en segundo año. “Empecé a robar a los 15 años con los pibes del barrio, era mala junta, pibes que se dedicaban a robar. Ellos me dieron el primer fierro, hacíamos entraderas, yo ajustaba y me llevaba lo que había en la casa. El botín más grande fueron 300 mil pesos, fue una casa al voleo. Uno se da cuenta que hay plata por la estética de la casa y la zona donde estaba ubicada. No tengo idea cuántas entraderas hice, pero fueron un montón”, cuenta. Trabajó en la carnicería de su tío y con el tiempo intentó poner su propia carnicería, le fue mal y tuvo que cerrar. Mientras tanto seguía robando. En julio de 2017, entró a robar el supermercado de chino que estaba ubicado al lado de su casa, su tío tenía la carnicería justo pegada al comercio. Era de noche y el local estaba cerrado. Era la primera vez que hacía él solo un escruche. Fue por los techos de la casa hasta el galpón, una vez que ingresó el dueño quiso impedir que robara, él lo apuñaló hasta matarlo; luego mató a la mujer de la misma forma, “le di siete puñaladas a ella y doce al otro, fue la desesperación por salir, eran ellos o yo”, intenta justificarse en su charla con Mauro Szeta. Su tío lo reconoció por las grabaciones y lo entregó, habían pasado cinco días del hecho. Hoy en el penal maneja uno de los pabellones de población, tuvo varias disputas con otros internos que querían quedarse con su lugar. “Estoy totalmente arrepentido porque me arruiné la vida y la de mi familia, quiero pedir perdón”, dice. La entrevista completa de Mauro Szeta y el análisis de Laura Quiñones Urquiza Aquí
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Taller de Técnica de Perfilación Criminal aplicada a Delitos Sexuales y Homicidios a la policía de la provincia de Salta a cargo de la Dirección General de Educación Policial, en la Escuela de Cadetes General Martín de Güemes, Provincia de Salta, el  26 y 27 de septiembre de 2019 a las 8.30 h 

Instituto Nacional de Estudios Superiores en Derecho Penal

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Taller de 17 a 20.30 h de Técnica de Perfilación Criminal aplicada a Delitos Sexuales, dirigida a los alumnos de la Licenciatura de Derecho Penal del Instituto Nacional de Estudios Superiores en Derecho Penal (INDEPAC). Auditorio de la Alcaldía de Iztacalco, Ciudad de México. 19 de septiembre de 2019. 

jueves, 5 de septiembre de 2019

ENTREVISTA DE JORGE LANATA A LAURA QUIÑONES URQUIZA EN HORA 25

PRIMERA PARTE: 



SEGUNDA PARTE: 


XII REUNIÓN DE ABOGADOS PENALISTAS DE MÉXICO

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14 de septiembre de 10 a 10:45 h. Conferencia "HEMATOFILIA CRIMINAL", análisis de casos desde la Técnica de Perfilación Criminal, por Laura Quiñones Urquiza en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca

YO Y MI MUJER

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Antonio Pelegrno Gallucio Sai, alias “Viejo Larry”. Tiene 52 años y está condenado a reclusión perpetua por homicidio doblemente calificado con alevosía y criminis causa. Lleva 8 años detenido. Se crió en Lanús, su padre tenía una empresa dedicada a hacer picanas eléctricas para usar en el campo; por su alcoholismo los socios lo apartaron y terminó siendo empleado. Su madre era ama de casa hasta que tuvo que salir a trabajar como empleada doméstica cuando el padre entró en desgracia. Antonio presenció muchas veces maltratos verbales y físicos del padre. Tuvieron tres hijos, Antonio fue el del medio, ninguno de los otros dos delinquió. Antonio cursó el primario y el secundario con normalidad; se recibió de dibujante publicitario pero no llegó a ejercer, “es que pagaban dos mangos, no me servía, yo quería tener mis cosas. Así que me dediqué a ser chorro. Arranqué a drogarme con pastillas, marihuana y después vino la merca que me arruinó. Vivía de gira, yo no tenía un mango y alrededor mío había todos pibes de guita, yo quería plata y arranqué a cortar autos; de ahí pasé a hacer raid delictivo, arrancábamos una avenida y la pelábamos completa, imagínate que robábamos avenida Mitre desde Avellaneda a Wilde”, cuenta. Cuando empezó a robar lo hacía diariamente, a los 22 años para salvar su vida tuvo que tirotearse con un custodio de una curtiembre, “no lo maté, pero le di varios tiros”. “Después de los raids y los autos, pasamos a hacer salideras bancarias y al tiempo blindados. Yo robaba con La Garza Sosa (era mi cuñado), con Murdock, con Tractorcito; con el que nunca robé es con el Gordo (Valor) porque para mí siempre fue un cobani”, la bronca con Valor era tan grande que ni siquiera aceptaba compartir pabellón con él. Se tiroteo varias veces con la policía, una de ellas fue tras un robo al Banco Itau de Rivadavia al 7000. Su primera mujer delinquía junto a él, los dos cayeron detenidos. Ella salió antes de prisión y volvió a robar con otro grupo, durante el asalto a una financiera la mató la policía. Pasó más tiempo en prisión que afuera, en la cárcel perdió un pulmón y fue apuñalado varias veces. En el 2001 empezó a secuestrar, “se hacía un par de días de logística y le caíamos a la víctima; si el pibe era del mismo barrio que yo, se lo entregaba a otro y ese me daba una parte de la guita. En un secuestro llegamos a sacar 1 millón de pesos. Nunca me dio pena un secuestrado porque siempre fueron gente de mucha guita”, dice. En el 2004 se fugó de la comisaría 1ra de Lanús cortando una reja de un patio, estuvo prófugo 1 año y medio. Estando prófugo asaltaron un camión de pilas en Barracas y, luego de una balacera infernal, lo agarró la policía. Estando preso en Campana conoció a su última mujer. Por intermedio de ella se empezó a relacionar con punteros políticos quienes empezaron a contactarlo para robar para la política. “Nosotros nos vestíamos como policías y cortábamos los camiones que traían las drogas oncológicas pagadas por el Estado cuando cruzaban el puente Zarate-Brazo Largo; los datos nos los daba una puntera política que después fue concejal, por cada camión nos quedábamos 4 millones de pesos”, cuenta. Esta mujer decidió no pagarle uno de los camiones y él fue a buscarla para reclamar su parte, “la encontré a la madre y me dio una plata, al otro día apareció asesinada la madre y me acusaron a mí, yo no lo hice”, asegura. Tiene HIV desde hace 30 años, actualmente vive en un pabellón de población. No tuvo hijos y su familia no lo visita. La entrevista de Mauro Szeta y en análisis de Laura Quiñones Urquiza para Telefé Noticas Aquí

jueves, 29 de agosto de 2019

PSICÓPATAS INTEGRADOS


Psicópatas Integrados, Delincuentes Sexuales, Potenciales homicidas y Criminología del Desarrollo en el programa "4 Caras Bonitas"  conducido por Diego Sucalesca acompañado por Anabel Cherubito, Tamara Bella, Pollo Cerviño y Hernán Villar, en Canal de la Ciudad

sábado, 24 de agosto de 2019

CAPACITACIÓN A MAGISTRADOS Y FUNCIONARIOS DE MISIONES

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Acto de apertura del Taller de Técnica de Perfilación Criminal aplicada a Delitos Sexuales y Homicidios, a cargo del Dr. Froilán Zarza, Presidente del Superior Tribunal de Justicia y de la Dra. Liliana Mabel Picazo, Ministra del STJ, quienes resaltaron la importancia y la perspectiva distinta de abordaje para este tipo de delitos. El perfilado es una técnica de investigación criminológica mediante la cual pueden llegar a identificarse y determinarse las principales y distintivas características de personalidad, de relación social y de comportamiento de determinados delincuentes, basándose en las evidencias observables en el crimen, o la serie de crímenes que se han cometido, en la forma en la que se han llevado a cabo, y en el estudio de los diferentes escenarios en los que éstos han tenido lugar. El objetivo principal de esta técnica es colaborar en la investigación de determinados delitos, aportando información de utilidad a la policía para la captura de un delincuente desconocido. Asimismo intenta separar a los delincuentes de la población general, por lo que se constituye en uno o más de los instrumentos del proceso de la identificación individual de los mismos. El taller se dictó en dos módulos, uno sobre delitos sexuales y el otro referido a homicidios y participaron ministros, magistrados, funcionarios y agentes del poder judicial de las ciudades de Eldorado y Posadas

YO SOY MUY MALO: SECUESTRÉ, MUTILÉ Y MATÉ

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Cristian Alejandro Grippo, más conocido como “Lulo”, tiene 26 años y está condenado a 5 años y 6 meses de prisión por doble robo calificado con el uso de arma. Lleva tres años detenido. Previamente tuvo una condena por secuestro extorsivo. Nació en San Isidro, en la villa La Cava. El padre está preso, tiene cuatro homicidios en su haber, con una condena a 34 años de prisión; su madre trabaja como empleada administrativa en la municipalidad, pero lo abandonaron al año y medio de edad y fue adoptado por otra familia donde sufrió maltrato. Tiene nueve hermanos de su familia adoptiva. De su familia biológica, él fue el tercero. A sus dos hermanos sí los cuidaron, a él lo dejaron. El padre adoptivo le ponía muchos límites y falleció cuando él era un nene. Fue en ese momento que su mundo se derrumbó. “A los 10 años me fui de la casa para empezar a tener lo mío”, cuenta. Se fue a vivir a la villa Cri Cri en Garín y comenzó a vivir junto a otros chicos de la misma edad que eran pibes chorros. Su primera arma la compró en la villa. Él fue el único de todos sus hermanos que se convirtió en delincuente. Los chicos empezaron a crecer y de hurtos pasaron a robo a mano armada; luego supermercados, más tarde entraderas y finalmente comenzaron a secuestrar.  Dice haber sido el líder del grupo delictivo conocido mediáticamente como “La banda de la metra”. “Yo daba vueltas solo, llegaba a la casa y daba las indicaciones, a mí me gustaba ajustar”, recuerda. Salían a robar todos los días. “Una vez maté a un transa del barrio que me baleó la pierna, después que disparó fui al otro día y le di dos tiros en la cabeza”, dice sin ningún tipo de culpa. “El primer secuestro fue después de una entradera, el tipo no tenía plata y lo llevamos a dar vueltas por varios lugares. Lo tuvimos cinco días, le decíamos que si no nos daba plata íbamos a matar a la mujer y a los hijos. Así y todo, el tipo no largaba la plata, recién al cuarto día nos la dio, mientras lo tuvimos secuestrado le pegamos bastante y yo le corté el dedo pulgar”, cuenta. Para esa altura en el aguantadero tenían un verdadero arsenal. En la villa se hacían respetar a los tiros, si alguien les disputaba el territorio Lulo iba y lo baleaba a sangre fría. “Una vez a uno que nos faltó el respeto le metí un tiro en la panza”, asegura. En la cárcel siguió con métodos de violencia. “Como yo no tengo visita, yo acá vivo robándole a los otros presos, a mí no me interesa estudiar, yo lo que quiero es tener mi carnet de limpieza (llevar adelante el pabellón), y adonde llegaba me tenía que apuñalar con cuatro o cinco para sacarlos del pabellón y quedarme con el lugar. Llegaba, esperaba que se fueran los polis y arrancaba con la faca”, explica su forma de vida tras las rejas. Tiene un tatuaje en el antebrazo que dice “Perdono, pero no olvido”. “A mí me traicionaron mucho, te soy sincero cuando salga de acá voy a matar a un par que se quedaron con cosas mías”, lo dice mientras abre grande los ojos como cada vez que cuenta alguno de sus delitos. No se arrepiente de nada, lo único que le duele es haber dejado sola a su hija y, por momentos, haber roto la relación con su familia. La entrevista de Mauro Szeta y el análisis de Laura Quiñones Urquiza Aquí

CAPACITACIÓN A LA POLICÍA DE SANTIAGO DEL ESTERO



Acto de clausura, encabezado por el comisario general Gabriel Gómez, Director General de Inteligencia Criminal, junto a  Laura Quiñones Urquiza, especialista en Criminal Profiling  que capacitó a 60 cursantes, funcionarios de las Divisiones de Homicidios y Delitos Complejos y Trata de Personas de la Policía de Santiago del Estero en técnica de perfilación y análisis de la conducta, aplicados a la investigación criminal aplicada a la investigación de crímenes sexuales y homicidios, entre otros delitos



SEMINARIO DE CRÍMENES EXÓTICOS

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LOS ESPERAMOS junto al Lic. Walter Gorbak para estudiar una serie de crímenes atípicos y complejos, hacia el sinuoso camino de su resolución, abordándolos desde una visión interdisciplinaria de la Escena Del Crimen a través de la Criminalística y en Criminología, la conducta criminal con la Técnica de Perfilación. Algunas opiniones de nuestros alumnos del grupo que finalizó los jueves: 
Para INSCRIPCIONES y mayores datos: Aquí

SECUESTROS VIRTUALES

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A Jorge Guillermo Ivanoff le dicen "El Gitano" y está procesado por extorsión y tentativa de extorsión. Lleva tres años y dos meses detenido. Es miembro de la comunidad gitana y primo del padre del chico que atropelló a un ciclista y luego chocó inconsciente con un auto en avenida Beiró. Dice que sus hijos estuvieron con él en el cumpleaños al que asistió. Nació y se crió en Floresta, su padre trabajaba con empresas metalúrgicas, les vendía herramientas de corte. Su madre era ama de casa. Tiene cuatro hermanos, él es el mayor. Hizo el colegio sin problemas y ya finalizando la escuela comenzó a comprar y vender autos. La crisis del 2001 lo golpeó fuerte, perdió una casa y tuvo que irse a vivir a Posadas con sus cinco hijos. En Misiones se hizo amigo de un rosarino que compraba y vendía autos, su rubro. Sin embargo, había algo que dice que no sabía: su nuevo amigo era parte de la banda narco que competía con Los Monos por el monopolio de la droga en el Litoral, Los Arriola, y en los autos que transportaban llevaban droga. Todo cambió el día que, durante un operativo, desarticularon la banda y él también cayó preso. "Cuando se comunicaban hablaban de zapatillas y pantalones según el tipo de droga que enviaban en los autos, yo estaba en las escuchas, pero no tenía nada que ver. A mí me involucraron por ser gitano, no declaré nunca por miedo a que me mataran adentro y me comí 8 años. Cuando salí no tenía un centavo en el bolsillo, pero había aprendido un par de cosas estando en cana”, contó.En su estadía en la cárcel observó cómo hacían desde adentro los secuestros virtuales, veía que era sencillo y que sus compañeros de esa manera obtenían los números para la recarga de las tarjetas telefónicas, algo que en prisión es plata. “Llamabas al azar y le decías que tenías al pibe y lo ibas llevando, por la desesperación te terminan pasando ellos mismos todos los datos. Si por ejemplo te contestaba que no tenía un hijo, le decía: te hablo de tu hija no te hagas el pelotudo; o si no tenía hijos era un sobrino, y así entraban como caballos.” En la calle volvió a vender autos, pero decidió empezar a hacer secuestros virtuales esporádicamente. “Yo no lo hacía todos los días, sólo cuando estaba apretado”, dice. “Hacía lo mismo que vi en la cárcel: llamaba, se asustaban, pero ahora en vez de comprarte tarjetas telefónicas, te sacaban la plata en un bolso a la puerta de la casa o te la tiraban por el balcón. Sacaba casi 30 mil pesos por robo, éramos tres en la banda. Ojo, nunca apreté con fierro, mi arma era el teléfono”, se jacta. Cayó en la localidad de Alberti el 3 de mayo de 2016. “Teníamos la idea de robar ahí, porque en los pueblos chicos es más fácil, llamás y a los 10 minutos pasás por la puerta de la casa”, relató. La policía los detuvo al voleo por tener un auto desconocido en el lugar. “Por ser gitano me pusieron todos los robos que se hicieron en Mercedes, Chivilcoy y alrededores, nos exigieron que devolviéramos la plata, de robos que no cometimos, a todas las víctimas. Tuvimos que poner 240 mil pesos y quedamos detenidos igual. Él único de los tres que está en la cárcel ahora soy yo porque soy gitano.” La entrevista completa de Mauro Szeta con el análisis de Laura Quiñones Urquiza para Telefé Noticias Aquí

lunes, 29 de julio de 2019

RELATOS CRIMINALES: EL FEMICIDIO DE CAROLINA ALÓ (16)

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Fabián Tablado le había roto el tabique nasal a Carolina Aló en el Colegio. Nadie le avisó a sus padres. Un día Edgardo Aló, su padre, vio cómo le pegó un "cortito" a su hija, y lo encaró. Ante la inminencia de la escalada de violencia futura de aquel noviazgo violento y entre las 36 cartas que Tablado le escribiera a Carolina, habían algunos indicios que revelarían sus motivaciones y personalidad desafiante, que culminó en un feminicio de 113 puñaladas a la adolescente, de tan solo 16 años. El análisis de Laura Quiñones Urquiza en el segundo bloque del 8º programa de Relatos Criminales, conducido por Mauro Szeta y Paulo Kablan, emitido por Telefé el 28 de julio de 2019 Aquí


Foto: Walter Asensio

YO, LA ENTREGADORA

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María Teresa Lacaba Brunetti tiene 30 años y está condenada por homicidio simple en ocasión de robo. Firmó un abreviado de 9 años y lleva 7 detenida. Nació y se crió en Pergamino, su papá trabajaba en el campo y su mamá era ama de casa. Era la mayor de cuatro hermanos. “Yo tuve una buena crianza, pero a veces uno elige el camino más oscuro”, recuerda. Fue al colegio hasta los 14 años y a los 15 años quedó embarazada de su novio, que robaba. “Mi papá me decía todo el tiempo que este pibe no era bueno para mí, pero yo no lo escuchaba; ese tipo me llevó a la ruina”, dice con rencor. Con el tiempo comenzó a acompañarlo. “A mí me usaban por la presencia, yo era la que tocaba el timbre y ellos después aparecían y apretaban”, cuenta. “Yo a esa altura ya sabía tirar, él me había enseñado a usar todo tipo de armas”, recuerda. María Teresa nunca trabajó. Durante una entradera, le pidieron que ella tocara el timbre pero también que “ajustara” al dueño de casa. Sabían que adentro había 250 mil pesos y cinco kilos de marihuana, el damnificado era un transa. Se hizo pasar como compradora y cuando le abrió sacó el arma y entraron. “Cuando entramos, nos olvidamos que adentro estaba la novia del tipo, ella se escondió debajo de la cama, y en la adrenalina no la vimos; cuando la victima quiso agarrar un revolver que tenía en un cajón, yo saqué el chumbo y le metí dos tiros”, era la primera vez que tiraba a alguien, pero sabía dónde tirar. Cuando dieron vuelta el cadáver estaban los dos agujeros en la espalda. “Una vez que estábamos afuera corriendo, nos dimos cuenta que la mina se había escondido y gritábamos: dejamos viva a la mina, dejamos viva a la mina”, recuerda. El novio se huyó al Chaco y el compañero con quien entró en la casa estuvo dos días prófugo y se entregó. Ella estuvo prófuga 15 días y por recomendación del abogado se terminó entregando en un lugar público. “La verdad no siento culpa de nada, porque era mi vida o la de él, el tipo era un arruina gente”, dice con cierta jactancia. El novio quedó absuelto porque el padre pagó y demostró que no estuvo adentro de la casa y el cómplice la acusó a ella de ser la autora material; fue la única que quedó detenida. En la cárcel es conocida por su bravura. “A mí me quisieron cortar la cara por linda, me apuñalaron varias veces, pero nunca fui gato de nadie, siempre me paré de manos. Yo era de terror, no me cabían las minas que le pegan a las doñas (presas de mayor edad que no tienen vida delictiva), ni tampoco las antichorras; una vez le quisieron pegar a una doña y yo me metí y la cagué a trompadas”, asegura con orgullo. La compañera de pabellón concuerda con su relato, “acá la respetan porque se pelea con cualquiera, se ha llegado a pelear con hombres en el sum”. La entrevista completa y el análisis de Laura Quiñones Urquiza Aquí

lunes, 24 de junio de 2019

SEMINARIO DE CRIMINALÍSTICA DE CAMPO Y TÉCNICA DE PERFILACIÓN CRIMINAL APLICADA A CRÍMENES EXÓTICOS




En los últimos tiempos, tanto por el avance de la información como por el refinamiento de aquellos que delinquen, se está con mayor frecuencia ante la presencia de hechos que a priori resultan confusos. En ese marco de confusión investigativa, es donde se pone a prueba la capacidad de resolver materialmente el hecho. Este seminario brindará aportes para remediar dichas problemáticas, que de otra forma directamente generarían un fracaso investigativo. Es así que los asistentes conocerán las más avanzadas herramientas para aplicar y así lograr su resolución judicial en estos casos de Crímenes Exóticos.

La CRIMINALÍSTICA DE CAMPO abarca el trabajo técnico de investigación forense que se desarrolla en la escena del crimen o lugar de los hechos. Posee como finalidad la de localizar, identificar y evaluar la evidencia física que se transformará en el medio de prueba para la investigación criminal. El desempeño adecuado en esa instancia, será el sustento del proceso judicial, donde se determinará la existencia o no de delito, y en caso de que si lo sea, se finalizará identificando al autor o autores.

CONTENIDO: Escena del crimen / lugar de los hechos – técnicas de abordaje. El relevamiento pericial en hechos atípicos. El escenario alterado o modificado, elementos de interés investigativo. Crímenes Exóticos, ¿cómo evitar hipótesis mal desarrolladas?. Recolección de indicios, cadena de custodia. Situaciones simuladas, recaudos criminalísticos.Pericias complementarias. Consideraciones forenses esenciales para la correcta interpretación.Casos prácticos.

Expositor: Lic. Walter Gorbak Lic. en Criminalística. Perito Forense (Judicial y de Parte) en Balística y Armamento, Accidentología Vial y Gral., Scopometría, Documentología, Papiloscopia, Dactiloscopia, Rastros, Escena del Crimen, Incendios y Explosivos. Fundador y Director del Estudio Pericial Gorbak. Posgraduado en Seguridad Pública – consultor -. Profesor capacitador personal Judicial y Pericial. Profesor Titular cursada en Criminalística – Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Perito Judicial y Perito de Parte, en numerosas causas de trascendencia pública. 

La TÉCNICA DE PERFILACIÓN CRIMINAL: herramienta por excelencia de la Criminología Forense orientada a los crímenes exóticos, proporcionando conocimientos actualizados con los últimos avances en criminal profiling. Basándonos en evidencia conductual aportada por los expedientes durante una investigación criminal analizando la criminogénesis, el quién, por qué y para qué de ese tipo de violencia. Interpretaremos la conducta criminal en homicidios y probables suicidios. La jornada será útil para elaborar estrategias legales, preparación de entrevistas o si a la hora de cometerlos, el autor comprendería la criminalidad de sus actos.

CONTENIDO: ¿Cómo investigar la mente criminal y su comportamiento? Conductas del Modus Operandi. Aspectos de la firma. Posición del cadáver. Parafilias. Rituales. Análisis lesiones.

Expositora: Dip. Laura Quiñones Urquiza, estudió Psicología en la U.A.J.F.K, es Diplomada en Criminología, Criminalística y Derechos Humanos por el IUPFA. Se especializó con Vicente Garrido Genovés de la Universidad de Valencia en Técnica de Perfilación Criminal. Asiste a fuerzas policiales, Fiscalías en lo criminal y Juzgados de Instrucción confeccionando perfiles criminales de autores desconocidos, en casos de homicidios, ataques sexuales a mujeres, pederastía, pedofilia en internet y amenazas reiteradas, durante la etapa de investigación criminal.

Destinado a: Abogados, personal policial, psicólogos, psiquiatras, médicos, criminalistas, criminólogos, evisceradores, estudiantes avanzados de esas carreras o afines y miembros de ONG’S.

Modalidad:  Presencial.

Opciones de cursada: 

- JUEVES 15 y 22 de agosto de 18 a 21 h INSCRIPCIÓN 
- SÁBADO INTENSIVO 7 de septiembre de 11 a 18 h INSCRIPCIÓN

LUGAR: Paraná 425. Zona Tribunales (CABA).

BONIFICACIÓN POR INSCRIPCIÓN ANTICIPADA hasta el 15/07 

Se extiende CERTIFICADO de la capacitación, material complementario e incluye Coffee Break.


--------- VACANTES LIMITADAS ----------

miércoles, 19 de junio de 2019

YO, EL CARNICERO

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"Yo maté a mi amigo". Le dio dos puñaladas y después de degollarlo, prendió fuego el lugar. Dice que no está arrepentido y que el crimen está "justificado". Juan José Saldivia tiene 23 años y está procesado por homicidio. Nació en 25 de Mayo, pero se crió con su abuelo materno en Gobernador Ugarte, cerca de Chivilcoy. Su padre se suicidó cuando cumplía condena en prisión por un homicidio y su madre también se quitó la vida cuando él tenía 17 años. Es el mayor de sus siete hermanos. Fue al colegio hasta tercer grado y luego abandonó. Desde chico comenzó a cometer hurtos menores. “Yo empecé a robar para tener lo mío”, cuenta. A sus 15 años empezó a robar casas, la mayoría de las veces abría las puertas con una patada o usaba barretas. Previamente hacia la logística para asegurarse que la casa estaba vacía. A veces lo hacía solo y otras tantas acompañado, nunca robó con armas. “A mí nunca me importó la víctima, yo sabía a quiénes les robaba”, dice. Antes de caer detenido trabajaba como ayudante de albañil. El día del homicidio empezó a discutir con la persona porque estaba disputándose el amor de una chica del pueblo con uno de sus mejores amigos. Forcejearon y Juan José le terminó dando dos puñaladas, una vez que la víctima cayó al suelo se subió sobre él y lo degolló, luego prendió fuego el lugar. “Cuando le cortaba el cuello tuve la sensación de estar desahogándome de muchas cosas, muchas discriminaciones y padecimientos; ese corte fue como un grito”, cuenta sin inmutarse. Juan José no está arrepentido, dice que haber degollado a Alejandro Marin está justificado. “Nadie de mi familia cree lo que hice”, dice. Desde el asesinato estuvo prófugo durante dos meses. El día que la policía allanó su casa, primero negó todo y ante el hartazgo por la insistencia de los agentes policiales decidió contar todo. “Lo conté porque me hincharon los huevos”, asegura sin reflexionar sobre lo que dice. Juan José siempre tiene el mismo tono, no hay inflexiones en su voz; tiene la mirada fría y esboza una risa que no demuestra ningún tipo de arrepentimiento. En la cárcel lo apodaron “El carnicero”. La entrevista completa Aquí


jueves, 13 de junio de 2019

YO ROBABA POR ODIO


MAURO ALEJANDRO VITTA DE PRETTA (21 AÑOS). Condenado por robo agravado por el uso de arma blanca. Le dieron 5 años, lleva detenido 3 años y 5 meses. Nació y creció en el KM 43 de La Matanza, lo que se conoce como barrio Oro Azul. El padre era delincuente, dice recordarlo más en prisión que afuera, y su madre estaba completamente ausente. Lo crió su abuela paterna, junto a sus tres hermanos menores, él era el mayor. No tiene documentos, se considera a sí mismo un NN, dice por esta situación hizo la escuela hasta los 14 años, pero no tiene ningún comprobante del primario. “Yo trabajaba y robaba, hacía changas como albañil o en una gomería y a la noche robaba. Lo hacía para que tuvieran una imagen de que era trabajador; pero a mí me gustaba robar, me gustaba esa adrenalina”, cuenta. Desde chico se inclinó por las artes marciales: Taekwondo, Muay Thai y Judo. Esas técnicas de defensa y combate las usaba para desmayar y robar. “Siempre me peleé con seis o siete a la vez, nunca tuve problema para pelear, buscaba problemas a propósito. Nunca le tuve miedo a la muerte, la verdad que por mi situación tenía más ganas de morir que otra cosa. Hubiera deseado no haber nacido, nunca tuve nada y son me cagué de hambre porque estaba mi abuela”, asegura. “La primera vez que fui a robar, me junté con un grupo de pibes y con un arma robada hicimos un ‘rally’ (por raid) delictivo. Robamos una casa de deportes, una de motos y un par de locales más; debuté con varios hechos a la vez. La moto que robé me la llevé y ni siquiera sabía cómo funcionaba, la terminé dejando tirada”, dice con cierta jactancia. En el barrio en el que vivía era conocido por su bravura. “Yo en el barrio tenía varios a los que usaba como mulos para que me fueran a comprar falopa”, para esa altura Mauro tomaba cocaína y se había vuelto adicto a las pastillas. Hacía “escruches” y no llevaba armas. “Mirábamos la casa que nos gustaba y dejábamos un folleto en la puerta, si el folleto desaparecía quería decir que había gente, si seguía ahí quería decir que no había nadie, ahí entrábamos. Siempre llevábamos guantes, todo lo que tocaba lo dejaba en su lugar para que no se dieran cuenta que habíamos robado, llegué a encontrar treinta mil pesos de esta forma, generalmente la plata estaba en las medias o en el ropero”, recuerda. A Mauro lo que más le gustaba era robar solo, aunque usaba armas dice no haberse tiroteado nunca con la policía. “Yo los ponía a los transas. Ahora estoy detenido por robarle a una mina que le llevaba la falopa de un transa: la seguí, subí al bondi con ella y ahí le manoteé la mochila”, salió corriendo, pero lo capturó la policía a las tres cuadras, dentro de la mochila tenía tres kilos de cocaína y envoltorios de paco. Esos “trabajos” se los pasaba gente de confianza que le marcaban a los vendedores de droga a los que podía robar. En la cárcel se peleó varias veces contra varios a la vez, en la Unidad 57 está hace dos semanas. “Yo si está en riesgo mi vida no tengo drama de degollar ni matar, o vivo yo o viven ellos”. Aunque por su relato pareciera estar más allá del bien y del mal, dice estar arrepentido de todo su pasado delictivo. Ahora en Campana trabaja y estudia, tiene la esperanza de modificar su vida cuando salga. La entrevista completa: Aquí

jueves, 30 de mayo de 2019

lunes, 20 de mayo de 2019

YO NACÍ EN CUNA DE ORO, LAS MOTIVACIONES DE UN NIÑO RICO

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Esta es la historia de Matías Parisi Pérez. Tiene 32 años y está detenido hace un año y dos meses. Fue condenado por robo agravado a 5 años de prisión. Esta es su tercera condena. A diferencia de otros presos, Matías no pasó necesidades en su infancia y dice que eligió ser delincuente. Nació en Villa Madero, La Matanza, en una casa de clase media acomodada, su padre era gerente en una reconocida empresa de supermercados y su madre se quedaba en casa para cuidarlo a él y a su hermana. Matías fue el primogénito. “A mí nunca me faltó nada, yo nací en cuna de oro”, cuenta. Los problemas empezaron cuando sus padres se separaron. Matías tenía 11 años, su papá se fue a vivir al exterior por trabajo y los mantenía enviando dinero cada mes. A esa edad comenzó a consumir porro y con el tiempo se volvió adicto a la cocaína. “Ahí agarré la calle y a los 13 años dejé el colegio”, recuerda. Su primer robo fue a esa edad, robó una moto. La primera arma que tuvo en sus manos fue un 38 special que le costó 200 pesos. La compró en la villa El Lucero de La Matanza. “Empecé a robar por hazaña, no necesitaba nada. Todos mis amigos y yo éramos pibes de guita, eramos pibes bien; ninguno necesitaba robar. Además, íbamos a la cancha a ver a Chicago, robé muchas veces con la barra de Los Perales”, dice. A los 16 años su familia lo internó en un centro de rehabilitación y ahí los problemas se profundizaron. Cuando salió todo empezó a volverse más violento. Al dueño de un supermercado chino le voló la pierna de un tiro porque no quería darle la plata. ”La primera vez que caí en cana fue por el robo a un mayorista, le robamos 15mil dólares; pero a las pocas cuadras nos empezaron a perseguir y nos hicieron un operativo cerrojo, tenía 18 años y fui a Devoto”, recuerda. Cuando salió empezó a hacer “ranchos”, abrían las casas con la gente adentro con una tarjeta tumbera. “Si no tiene la doble traba puesta, te abrimos cualquier puerta; la tarjeta tumbera que llevábamos la hacíamos con tapitas. Yo me encargaba de reducir a la gente”. En una de esas entraderas, rociaron con nafta al dueño de casa porque no quería decirles dónde estaba la plata. Empezó a parar con una banda de Lugano 1 y 2, porque en ese barrio había mucha gente que pasaba datos de lugares donde había plata. Para esa época ya se había tiroteado varias veces con la policía. Volvió a ver a su padre que había vuelto a la Argentina y se había mudado a un country en Cañuelas, durante una visita a la casa conoció a una pareja amiga del padre que eran joyeros. Decidió desvalijarlos. “El robo al country fue de película, todo disimulado. Entramos a la casa y nos llevamos todo”. Durante un enfrentamiento en el barrio El Morro con una banda rival de Villa Jardin en Lanus, ejecutó a un rival que intentó matarlo. “Le dimos con mi socio más de seis tiros y lo rematamos en el suelo; encima era un guacho, pero era él o nosotros”, dice sin inmutarse. En 2011 volvió a caer detenido en Villa Celina, fueron a robarle a un narco paraguayo que tenía vínculos con el jefe de calle policial (que además era conocido de su familia). Entraron a la casa, se llevaron la droga y la plata, pero a las pocas cuadras la policía los encontró: “dejaron que el narco me pegara, me molió a palos, el jefe de calle que era amigo de mi cuñado lo dejaba que me fajara; por esa causa estuve en cana hasta 2015”. En el KM35 de La Matanza tuvo otro enfrentamiento con un banda narco paraguaya, “nos cagaron a tiros con metralletas, son heavys los paraguas”, cuenta. “Cuando salí en cana por última vez, empecé a trabajar en una colchonería. Estaba bien de plata, empecé a salir de joda y a los seis meses empecé a robar de vuelta. Es que me enteraba que en un lugar había 200 mil pesos y me volvía loco, era más fuerte que yo. Si te cagas de hambre en la calle sos el peor, porque en la calle está la plata”, dice. La última vez que cayó detenido fue por el robo al dueño de una remiseria VIP que trabajaba con turistas. “Lo apreté de chucu (de chamuyo) y me dio todo. En la huida terminé chocando y casi me muero, salí por el parabrisas y no me despertaba, mi socio me dio varios cachetazos para despertarme pero no hubo forma, me dejó abandonado porque sino la cana nos agarraba a los dos”. En su vida carcelaria tuvo muchos problemas, apuñaló y fue apuñalado varias veces. “En Mercedes me dieron varios puntazos que casi me muero, en Sierra Chica tuve que pelear para salvar mi vida porque en el pabellón que estaba había uno con el que había tenido bondi antes”. Hoy en día es referente del pabellón más complicado de Catán: el de los recién llegados. “A veces llegan violines y los tengo que andar cuidando para que no haya bardo, a mi no me conviene que haya quilombo porque me quitan beneficios; después están los giles que llegan por robar una cartera a una vieja o un celular, se los deja vivir pero no los dejo ni opinar”, cuenta. Tiene dos hijos, está separado de la madre de ellos desde 2013. Dice estar arrepentido de su pasado. La entrevista completa de Mauro Szeta y en análisis de Laura Quiñones Urquiza para Telefé noticias Aquí

martes, 14 de mayo de 2019

YO SOY UN CHORRO DE SANGRE

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Jose Antonio Robles Escochi “El Lágrima” tiene 32 años. Fue condenado a 10 años de prisión por robo agravado por uso de arma de fuego y enfrentamiento. Lleva 9 años detenido. En la cara lleva dos lágrimas tatuadas. Y le cuenta a Mauro Szeta por qué su delincuencia la lleva en el ADN. Nació en San Martín, en Billinghurst, el padre era delincuente y su madre ama de casa. Es el mayor de 9 hermanos. 


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Fue al colegio hasta tercer grado, a esa edad se empezó a escapar de la escuela para ir a pedir en los trenes y en la calle; iba solo y lo hacía para mantener a sus hermanos. A los 12 años comenzó a robar, junto a un amigo de la misma edad. Le sacaron un revolver 22 mm a la abuela y salieron a la calle para asaltar al primero que pasara, ese día robaron a punta de pistola un auto. “En ese momento robar me daba miedo, después se empieza a hacer costumbre y lo disfrutás”, dice. Tras el primer robo fueron por más, entraban a punta de pistola a los supermercados y se llevaban la recaudación. En uno de esos robos, mataron a su compañero. En ese mismo enfrentamiento "El lágrima" hirió de gravedad a la agente policial que ejecutó a su amigo. José tiene más siete tiros en el cuerpo y uno alojado en la cabeza, en la nuca tiene más de seis heridas por cuchilladas que tuvo peleando en la cárcel. Estuvo detenido desde los 16 años por un secuestro seguido de homicidio por el que le dieron 8 años y seis meses siendo menor de edad; habían secuestrado al socio de una tabacalera y en el momento de la entrega del dinero ejecutaron al ex policía que llevo la plata. “Yo fui el primer condenado menor de edad en San Martín, ni mi abuela me pudo rescatar cuando arranqué a delinquir; todo el que sale a robar sabe que las opciones son la cárcel o la muerte”, cuenta. Su abuela había muerto cuando él tenía 13 años. Una de las lágrimas que tiene tatuada en el rostro es por ella, la otra por su amigo muerto. “Al principio era todo competencia entre bandas a ver quién secuestraba y robaba más; Secuestrábamos o robábamos todos los días”, dice "El Lágrima". Su mayor botín fue un “escruche” en una fábrica, se llevaron seis millones de pesos. “Para robar la fábrica, nos metimos por el cielorraso, así pudimos evitar los censores”, dice orgulloso. Además de las puñaladas en el cuerpo tiene varias en la cabeza, “yo soy malo con los malos, si querés bondi va a haber bondi”. Hoy es el referente de uno de los pabellones más peligrosos del penal, él lleva el orden. El robo por el que está purgando pena en la Unidad 42 de Florencia Varela fue una entradera que salió mal y terminaron enfrentándose con la policía. Tiene tres hijos, dos con una mujer anterior y una nena con la actual pareja. Aunque dice no estar arrepentido de su pasado, asegura que el nacimiento de su última hija lo cambió y desea modificar su vida para poder verla crecer. La entrevista completa a uno de los hombres más temidos en todos los penales, por ser el rey de los pabellones: Aquí

lunes, 29 de abril de 2019

DANIEL ROJO, DE LADRÓN DE BANCOS A ESCRITOR


Por Laura Quiñones Urquiza, exclusivo para diario Perfil


Uno de los temas clave en criminología es poder comprender las causas y los impulsos que llevan a una persona a delinquir. No solo para entender la lógica, sino para comprender las consecuencias de esos impulsos y detectar las causas, para saber si -para alguien que robó tanto como Daniel Rojo- es posible dejar alguna vez de robar. 
Conversé con él para tratar de descifrar el misterio. Daniel Rojo, fue un mítico ladrón de más de 500 bancos a lo largo de España, luego de cumplir su última condena, se enamoró y formó una familia, pero sobre todo, pudo reinsertarse en la sociedad con diversos oficios. Fue guardaespaldas de Javier Calamaro o Leonel Messi entre otros famosos, es autor de “Gran golpe en la pequeña Andorra”, “La venganza de Tiburón”, “El secuestro de la Virgen negra”, “Confesiones de un gánster de Barcelona”, “El gran golpe del gánster de Barcelona”, “Mi vida en juego” y el reciente “Así salí del infierno de las drogas”. Además ha formado parte de elencos de series de TV y películas como Anacleto el Agente secreto junto a Imanol Arias, Quim Gutiérrez y Rosy de Palma y de la película Secuestro emitida por Netflix. 

¿Qué te llevó a escribir tus memorias?
Como tú sabes, cuando salí de la cárcel me puse a trabajar con artistas de asistente personal y el hecho de estar trabajando con artistas tanto en el ámbito de la literatura, actores, de la música, también había pues gente que se dedicaba a guiones y a hacer películas y cuando a través de los años vi que como cuando yo hablaba, ellos se quedaban con la boca abierta, pues pensé que si ellos que se dedicaban al mundo del ocio de trascribir historias y escribir historias ficticias y se ganaban la vida y se quedaban sorprendidos con lo q yo les explicaba, ahí fue un poquito cuando empecé a pensar que tenía algo que contar y ahí empezando a hablar me salieron tres novelas de mi vida Seguir leyendo 

miércoles, 24 de abril de 2019



Actualmente las causas referidas a Delitos contra la Integridad Sexual, son las de mayor fracaso investigativo, debido a las nuevas y concretas exigencias que se requiere. Este seminario permitirá que los asistentes conozcan las más avanzadas herramientas y conocimientos, para lograr su resolución  judicial.

A cargo de Lic. Walter Gorbak  y Dip. Laura Quiñones Urquiza

Criminalística de campo aplicada a la investigación criminal:

La Criminalística de Campo, abarca el trabajo técnico de investigación forense  que se desarrolla en la escena del crimen ó lugar de los hechos. Posee como finalidad la de localizar, identificar y evaluar la evidencia física que se transformará en el medio de prueba para la investigación criminal. El desempeño adecuado en esa instancia, será el sustento de la investigación judicial, donde se determinará la existencia o no de delito, y en caso de que si lo sea, se consuma identificando a los participes.
  1. Escena del crimen / lugar de los hechos – técnicas de abordaje.
  2. Primeros recaudos procesales y periciales a realizar en el escenario.
  3. Aplicación metodológica a desarrollar, criterios.
  4. Ordenamiento secuencial de trabajo.
  5. Personal necesario para el relevamiento pericial.
  6. Articulación peritos – personal judicial.
  7. Recolección de indicios, cadena de custodia.
  8. Pericias complementarias.
  9. Consideraciones fundamentales para la correcta interpretación.
  10. Denuncias sobre hechos antiguos, ¿cómo se debe trabajar para su corroboración pericial?.
  11. La reconstrucción.
Técnica de Perfilación aplicada a la investigación criminal:

Se buscará proporcionar conocimientos introductorios actualizados de los últimos avances en la Técnica de Perfilación Criminal o Criminal Profiling, con la elaboración básica del perfil de autor desconocido basado en evidencia conductual, aportada por los expedientes  judiciales de una investigación criminal. Comprender la criminogénesis y la violencia criminal a través del análisis de la conducta distinguiendo el Modus Operandi, de las huellas psicológicas del autor de un hecho, las lesiones y verbalizaciones. Las clases serán útiles para elaborar estrategias legales, victimología o preparación de entrevista con sospechosos.
  1. ¿Cómo investigar la mente criminal y su comportamiento?
  2. Conductas del Modus Operandi y de la Firma
  3. Parafilias
  4. Tipología de violadores
  5. Perfiles de Pederastas
  6. Códigos y círculos de Pedofilia. Pornografía Infantil.
  7. Análisis de la dinámica de un ataque sexual
  8. Análisis de las verbalizaciones
  9. Motivaciones, grados y variedades de violación
    Dirigido a:
    Abogados, personal policial, psicólogos, psiquiatras, médicos, criminalistas, criminólogos, evisceradores, estudiantes avanzados de esas carreras o  afines y miembros de ONG’S. 

    Modalidad:
    Presencial.

    Día de única cursada:

    Sábado 8 de junio de 11-14 y de 15 -18 h.

    Lugar:
    Paraná 425  - 5º piso. Zona Tribunales, CABA. 

    Valor total de la capacitación para inscriptos:

    Del 22/04 al 07/05 - bonificación especial $ 1500.

    Del 08/05 al 22/05 - bonificación $ 1600.

    Del 23/05 al 06/06 - valor normal $ 1700.

    INSCRIPCIONESAquí

    -Disponibilidad de todos los medios de pago-


    Se extiende CERTIFICADO de la capacitación e incluye coffee break.