lunes, 24 de junio de 2019

SEMINARIO DE CRIMINALÍSTICA DE CAMPO Y TÉCNICA DE PERFILACIÓN CRIMINAL APLICADA A CRÍMENES EXÓTICOS




En los últimos tiempos, tanto por el avance de la información como por el refinamiento de aquellos que delinquen, se está con mayor frecuencia ante la presencia de hechos que a priori resultan confusos. En ese marco de confusión investigativa, es donde se pone a prueba la capacidad de resolver materialmente el hecho. Este seminario brindará aportes para remediar dichas problemáticas, que de otra forma directamente generarían un fracaso investigativo. Es así que los asistentes conocerán las más avanzadas herramientas para aplicar y así lograr su resolución judicial en estos casos de Crímenes Exóticos.

La CRIMINALÍSTICA DE CAMPO abarca el trabajo técnico de investigación forense que se desarrolla en la escena del crimen o lugar de los hechos. Posee como finalidad la de localizar, identificar y evaluar la evidencia física que se transformará en el medio de prueba para la investigación criminal. El desempeño adecuado en esa instancia, será el sustento del proceso judicial, donde se determinará la existencia o no de delito, y en caso de que si lo sea, se finalizará identificando al autor o autores.

CONTENIDO: Escena del crimen / lugar de los hechos – técnicas de abordaje. El relevamiento pericial en hechos atípicos. El escenario alterado o modificado, elementos de interés investigativo. Crímenes Exóticos, ¿cómo evitar hipótesis mal desarrolladas?. Recolección de indicios, cadena de custodia. Situaciones simuladas, recaudos criminalísticos.Pericias complementarias. Consideraciones forenses esenciales para la correcta interpretación.Casos prácticos.

Expositor: Lic. Walter Gorbak Lic. en Criminalística. Perito Forense (Judicial y de Parte) en Balística y Armamento, Accidentología Vial y Gral., Scopometría, Documentología, Papiloscopia, Dactiloscopia, Rastros, Escena del Crimen, Incendios y Explosivos. Fundador y Director del Estudio Pericial Gorbak. Posgraduado en Seguridad Pública – consultor -. Profesor capacitador personal Judicial y Pericial. Profesor Titular cursada en Criminalística – Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Perito Judicial y Perito de Parte, en numerosas causas de trascendencia pública. 

La TÉCNICA DE PERFILACIÓN CRIMINAL: herramienta por excelencia de la Criminología Forense orientada a los crímenes exóticos, proporcionando conocimientos actualizados con los últimos avances en criminal profiling. Basándonos en evidencia conductual aportada por los expedientes durante una investigación criminal analizando la criminogénesis, el quién, por qué y para qué de ese tipo de violencia. Interpretaremos la conducta criminal en homicidios y probables suicidios. La jornada será útil para elaborar estrategias legales, preparación de entrevistas o si a la hora de cometerlos, el autor comprendería la criminalidad de sus actos.

CONTENIDO: ¿Cómo investigar la mente criminal y su comportamiento? Conductas del Modus Operandi. Aspectos de la firma. Posición del cadáver. Parafilias. Rituales. Análisis lesiones.

Expositora: Dip. Laura Quiñones Urquiza, estudió Psicología en la U.A.J.F.K, es Diplomada en Criminología, Criminalística y Derechos Humanos por el IUPFA. Se especializó con Vicente Garrido Genovés de la Universidad de Valencia en Técnica de Perfilación Criminal. Asiste a fuerzas policiales, Fiscalías en lo criminal y Juzgados de Instrucción confeccionando perfiles criminales de autores desconocidos, en casos de homicidios, ataques sexuales a mujeres, pederastía, pedofilia en internet y amenazas reiteradas, durante la etapa de investigación criminal.

Destinado a: Abogados, personal policial, psicólogos, psiquiatras, médicos, criminalistas, criminólogos, evisceradores, estudiantes avanzados de esas carreras o afines y miembros de ONG’S.

Modalidad:  Presencial.

Opciones de cursada: 

- JUEVES 15 y 22 de agosto de 18 a 21 h INSCRIPCIÓN 
- SÁBADO INTENSIVO 7 de septiembre de 11 a 18 h INSCRIPCIÓN

LUGAR: Paraná 425. Zona Tribunales (CABA).

BONIFICACIÓN POR INSCRIPCIÓN ANTICIPADA hasta el 15/07 

Se extiende CERTIFICADO de la capacitación, material complementario e incluye Coffee Break.


--------- VACANTES LIMITADAS ----------

miércoles, 19 de junio de 2019

YO, EL CARNICERO

La imagen puede contener: 3 personas, incluido Laura Quiñones Urquiza

"Yo maté a mi amigo". Le dio dos puñaladas y después de degollarlo, prendió fuego el lugar. Dice que no está arrepentido y que el crimen está "justificado". Juan José Saldivia tiene 23 años y está procesado por homicidio. Nació en 25 de Mayo, pero se crió con su abuelo materno en Gobernador Ugarte, cerca de Chivilcoy. Su padre se suicidó cuando cumplía condena en prisión por un homicidio y su madre también se quitó la vida cuando él tenía 17 años. Es el mayor de sus siete hermanos. Fue al colegio hasta tercer grado y luego abandonó. Desde chico comenzó a cometer hurtos menores. “Yo empecé a robar para tener lo mío”, cuenta. A sus 15 años empezó a robar casas, la mayoría de las veces abría las puertas con una patada o usaba barretas. Previamente hacia la logística para asegurarse que la casa estaba vacía. A veces lo hacía solo y otras tantas acompañado, nunca robó con armas. “A mí nunca me importó la víctima, yo sabía a quiénes les robaba”, dice. Antes de caer detenido trabajaba como ayudante de albañil. El día del homicidio empezó a discutir con la persona porque estaba disputándose el amor de una chica del pueblo con uno de sus mejores amigos. Forcejearon y Juan José le terminó dando dos puñaladas, una vez que la víctima cayó al suelo se subió sobre él y lo degolló, luego prendió fuego el lugar. “Cuando le cortaba el cuello tuve la sensación de estar desahogándome de muchas cosas, muchas discriminaciones y padecimientos; ese corte fue como un grito”, cuenta sin inmutarse. Juan José no está arrepentido, dice que haber degollado a Alejandro Marin está justificado. “Nadie de mi familia cree lo que hice”, dice. Desde el asesinato estuvo prófugo durante dos meses. El día que la policía allanó su casa, primero negó todo y ante el hartazgo por la insistencia de los agentes policiales decidió contar todo. “Lo conté porque me hincharon los huevos”, asegura sin reflexionar sobre lo que dice. Juan José siempre tiene el mismo tono, no hay inflexiones en su voz; tiene la mirada fría y esboza una risa que no demuestra ningún tipo de arrepentimiento. En la cárcel lo apodaron “El carnicero”. La entrevista completa Aquí


jueves, 13 de junio de 2019

YO ROBABA POR ODIO


MAURO ALEJANDRO VITTA DE PRETTA (21 AÑOS). Condenado por robo agravado por el uso de arma blanca. Le dieron 5 años, lleva detenido 3 años y 5 meses. Nació y creció en el KM 43 de La Matanza, lo que se conoce como barrio Oro Azul. El padre era delincuente, dice recordarlo más en prisión que afuera, y su madre estaba completamente ausente. Lo crió su abuela paterna, junto a sus tres hermanos menores, él era el mayor. No tiene documentos, se considera a sí mismo un NN, dice por esta situación hizo la escuela hasta los 14 años, pero no tiene ningún comprobante del primario. “Yo trabajaba y robaba, hacía changas como albañil o en una gomería y a la noche robaba. Lo hacía para que tuvieran una imagen de que era trabajador; pero a mí me gustaba robar, me gustaba esa adrenalina”, cuenta. Desde chico se inclinó por las artes marciales: Taekwondo, Muay Thai y Judo. Esas técnicas de defensa y combate las usaba para desmayar y robar. “Siempre me peleé con seis o siete a la vez, nunca tuve problema para pelear, buscaba problemas a propósito. Nunca le tuve miedo a la muerte, la verdad que por mi situación tenía más ganas de morir que otra cosa. Hubiera deseado no haber nacido, nunca tuve nada y son me cagué de hambre porque estaba mi abuela”, asegura. “La primera vez que fui a robar, me junté con un grupo de pibes y con un arma robada hicimos un ‘rally’ (por raid) delictivo. Robamos una casa de deportes, una de motos y un par de locales más; debuté con varios hechos a la vez. La moto que robé me la llevé y ni siquiera sabía cómo funcionaba, la terminé dejando tirada”, dice con cierta jactancia. En el barrio en el que vivía era conocido por su bravura. “Yo en el barrio tenía varios a los que usaba como mulos para que me fueran a comprar falopa”, para esa altura Mauro tomaba cocaína y se había vuelto adicto a las pastillas. Hacía “escruches” y no llevaba armas. “Mirábamos la casa que nos gustaba y dejábamos un folleto en la puerta, si el folleto desaparecía quería decir que había gente, si seguía ahí quería decir que no había nadie, ahí entrábamos. Siempre llevábamos guantes, todo lo que tocaba lo dejaba en su lugar para que no se dieran cuenta que habíamos robado, llegué a encontrar treinta mil pesos de esta forma, generalmente la plata estaba en las medias o en el ropero”, recuerda. A Mauro lo que más le gustaba era robar solo, aunque usaba armas dice no haberse tiroteado nunca con la policía. “Yo los ponía a los transas. Ahora estoy detenido por robarle a una mina que le llevaba la falopa de un transa: la seguí, subí al bondi con ella y ahí le manoteé la mochila”, salió corriendo, pero lo capturó la policía a las tres cuadras, dentro de la mochila tenía tres kilos de cocaína y envoltorios de paco. Esos “trabajos” se los pasaba gente de confianza que le marcaban a los vendedores de droga a los que podía robar. En la cárcel se peleó varias veces contra varios a la vez, en la Unidad 57 está hace dos semanas. “Yo si está en riesgo mi vida no tengo drama de degollar ni matar, o vivo yo o viven ellos”. Aunque por su relato pareciera estar más allá del bien y del mal, dice estar arrepentido de todo su pasado delictivo. Ahora en Campana trabaja y estudia, tiene la esperanza de modificar su vida cuando salga. La entrevista completa: Aquí