sábado, 21 de septiembre de 2019

YO LE ROBABA A LOS CHINOS

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Matías Ezequiel Novarese de 22 años, fue condenado a reclusión perpetua por doble homicidio y robo calificado, está detenido hace dos años y medio. Nació y se crió en Villa Lynch, partido de San Martín. Su padre era narco y su madre ama de casa. Tiene siete hermanos. Tuvo muy poca relación con la madre, se crió con los abuelos maternos; la madre lo abandonó y se fue a vivir a Chivilcoy. Hizo el colegio primario, comenzó el secundario pero abandonó en segundo año. “Empecé a robar a los 15 años con los pibes del barrio, era mala junta, pibes que se dedicaban a robar. Ellos me dieron el primer fierro, hacíamos entraderas, yo ajustaba y me llevaba lo que había en la casa. El botín más grande fueron 300 mil pesos, fue una casa al voleo. Uno se da cuenta que hay plata por la estética de la casa y la zona donde estaba ubicada. No tengo idea cuántas entraderas hice, pero fueron un montón”, cuenta. Trabajó en la carnicería de su tío y con el tiempo intentó poner su propia carnicería, le fue mal y tuvo que cerrar. Mientras tanto seguía robando. En julio de 2017, entró a robar el supermercado de chino que estaba ubicado al lado de su casa, su tío tenía la carnicería justo pegada al comercio. Era de noche y el local estaba cerrado. Era la primera vez que hacía él solo un escruche. Fue por los techos de la casa hasta el galpón, una vez que ingresó el dueño quiso impedir que robara, él lo apuñaló hasta matarlo; luego mató a la mujer de la misma forma, “le di siete puñaladas a ella y doce al otro, fue la desesperación por salir, eran ellos o yo”, intenta justificarse en su charla con Mauro Szeta. Su tío lo reconoció por las grabaciones y lo entregó, habían pasado cinco días del hecho. Hoy en el penal maneja uno de los pabellones de población, tuvo varias disputas con otros internos que querían quedarse con su lugar. “Estoy totalmente arrepentido porque me arruiné la vida y la de mi familia, quiero pedir perdón”, dice. La entrevista completa de Mauro Szeta y el análisis de Laura Quiñones Urquiza Aquí
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Taller de Técnica de Perfilación Criminal aplicada a Delitos Sexuales y Homicidios a la policía de la provincia de Salta a cargo de la Dirección General de Educación Policial, en la Escuela de Cadetes General Martín de Güemes, Provincia de Salta, el  26 y 27 de septiembre de 2019 a las 8.30 h 

Instituto Nacional de Estudios Superiores en Derecho Penal

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Taller de 17 a 20.30 h de Técnica de Perfilación Criminal aplicada a Delitos Sexuales, dirigida a los alumnos de la Licenciatura de Derecho Penal del Instituto Nacional de Estudios Superiores en Derecho Penal (INDEPAC). Auditorio de la Alcaldía de Iztacalco, Ciudad de México. 19 de septiembre de 2019. 

jueves, 5 de septiembre de 2019

ENTREVISTA DE JORGE LANATA A LAURA QUIÑONES URQUIZA EN HORA 25

PRIMERA PARTE: 



SEGUNDA PARTE: 


XII REUNIÓN DE ABOGADOS PENALISTAS DE MÉXICO

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14 de septiembre de 10 a 10:45 h. Conferencia "HEMATOFILIA CRIMINAL", análisis de casos desde la Técnica de Perfilación Criminal, por Laura Quiñones Urquiza en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca

YO Y MI MUJER

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Antonio Pelegrno Gallucio Sai, alias “Viejo Larry”. Tiene 52 años y está condenado a reclusión perpetua por homicidio doblemente calificado con alevosía y criminis causa. Lleva 8 años detenido. Se crió en Lanús, su padre tenía una empresa dedicada a hacer picanas eléctricas para usar en el campo; por su alcoholismo los socios lo apartaron y terminó siendo empleado. Su madre era ama de casa hasta que tuvo que salir a trabajar como empleada doméstica cuando el padre entró en desgracia. Antonio presenció muchas veces maltratos verbales y físicos del padre. Tuvieron tres hijos, Antonio fue el del medio, ninguno de los otros dos delinquió. Antonio cursó el primario y el secundario con normalidad; se recibió de dibujante publicitario pero no llegó a ejercer, “es que pagaban dos mangos, no me servía, yo quería tener mis cosas. Así que me dediqué a ser chorro. Arranqué a drogarme con pastillas, marihuana y después vino la merca que me arruinó. Vivía de gira, yo no tenía un mango y alrededor mío había todos pibes de guita, yo quería plata y arranqué a cortar autos; de ahí pasé a hacer raid delictivo, arrancábamos una avenida y la pelábamos completa, imagínate que robábamos avenida Mitre desde Avellaneda a Wilde”, cuenta. Cuando empezó a robar lo hacía diariamente, a los 22 años para salvar su vida tuvo que tirotearse con un custodio de una curtiembre, “no lo maté, pero le di varios tiros”. “Después de los raids y los autos, pasamos a hacer salideras bancarias y al tiempo blindados. Yo robaba con La Garza Sosa (era mi cuñado), con Murdock, con Tractorcito; con el que nunca robé es con el Gordo (Valor) porque para mí siempre fue un cobani”, la bronca con Valor era tan grande que ni siquiera aceptaba compartir pabellón con él. Se tiroteo varias veces con la policía, una de ellas fue tras un robo al Banco Itau de Rivadavia al 7000. Su primera mujer delinquía junto a él, los dos cayeron detenidos. Ella salió antes de prisión y volvió a robar con otro grupo, durante el asalto a una financiera la mató la policía. Pasó más tiempo en prisión que afuera, en la cárcel perdió un pulmón y fue apuñalado varias veces. En el 2001 empezó a secuestrar, “se hacía un par de días de logística y le caíamos a la víctima; si el pibe era del mismo barrio que yo, se lo entregaba a otro y ese me daba una parte de la guita. En un secuestro llegamos a sacar 1 millón de pesos. Nunca me dio pena un secuestrado porque siempre fueron gente de mucha guita”, dice. En el 2004 se fugó de la comisaría 1ra de Lanús cortando una reja de un patio, estuvo prófugo 1 año y medio. Estando prófugo asaltaron un camión de pilas en Barracas y, luego de una balacera infernal, lo agarró la policía. Estando preso en Campana conoció a su última mujer. Por intermedio de ella se empezó a relacionar con punteros políticos quienes empezaron a contactarlo para robar para la política. “Nosotros nos vestíamos como policías y cortábamos los camiones que traían las drogas oncológicas pagadas por el Estado cuando cruzaban el puente Zarate-Brazo Largo; los datos nos los daba una puntera política que después fue concejal, por cada camión nos quedábamos 4 millones de pesos”, cuenta. Esta mujer decidió no pagarle uno de los camiones y él fue a buscarla para reclamar su parte, “la encontré a la madre y me dio una plata, al otro día apareció asesinada la madre y me acusaron a mí, yo no lo hice”, asegura. Tiene HIV desde hace 30 años, actualmente vive en un pabellón de población. No tuvo hijos y su familia no lo visita. La entrevista de Mauro Szeta y en análisis de Laura Quiñones Urquiza para Telefé Noticas Aquí