domingo, 16 de marzo de 2008

LA INFORMACIÓN HACE DESCENDER LA INCERTIDUMBRE

Autor: María Laura Quiñones Urquiza

La presencia del azar, hizo que el hombre busque controlar casi todas las situaciones que se le presentan, y es gracias a esta búsqueda que se fué valiendo de hipótesis, ensayos, errores, deducciones, inducciones, en fin, de medios como por ejemplo la estadística gracias a la cual conoce y controla parcialmente el azar del que lo provee el mundo que lo rodea.

Toda esta incertidumbre, esta voluntad de conocer, lo lleva a utilizar su raciocinio para solucionar y responder a nuevos interrogantes, es decir acceder al conocimiento y por ende descender la incertidumbre. Mediante el conocimiento, busca informarse e informar a otros sobre lo que ocurre.

Entre estas creaciones, estas investigaciones, estos estudios surgen la Criminalística y la Criminología, ciencias hermanas y anexadas al derecho penal de cada país, cuyo objetivo es la construcción de leyes y su aplicación con fines de justicia.

La criminalística, es una ciencia fáctica que investiga un tipo de hecho determinado, valiéndose de vestigios que revelan y comprueban a posteriori el qué, quién, cómo, cuando y donde un hecho. Determinación y comprobación de ese hecho, individualización de el o los autores y la conformación de la prueba material.

Si bien el hombre es un ser gregario, constructivo, vital, creador, también es un ser destructivo y mortífero. Esta otra pulsión negativa o de muerte de todo hombre, hace que a pesar de estar inmerso en la cultura, busque el malestar de la misma, transgrediendo las normas que regulan la vida en sociedad, y esto desde tiempos ancestrales.

El arquetipo del viejo sabio, rol ocupado hoy en día también por los jueces que buscan esclarecer los hechos delictivos, se apoyan en el saber de la criminalística para llegar a la verdad y evitar la impunidad delictiva. Desde el dedo de Dios, reflejo del primitivo pensamiento mágico de viejas culturas, pasando por la confesión, que apela al sentimiento inconsciente de culpa de todo hombre o a su sufrimiento físico y psíquico con las torturas en algunos casos en nombre de Dios fué con la ¿santa? Inquisición (prueba fehaciente del sadismo de los hombres), se ha buscado llegar a la verdad, concluyendo que a pesar de la ayuda de disciplinas como la PNL, lo que dice el hombre no tiene valor probatorio absoluto si no relativo.

Esto incluye a los testimonios impregnados de la subjetividad de testigos de los hechos. Con la experiencia, se ha comprobado que las confesiones y los testimonios si bien son auxiliares de la justicia, en sí mismos no garantizan la verdad absoluta. Los testigos objetivos son precisamente los vestigios, las pruebas indiciarias o testigos mudos, a quienes debe interpretar el perito especializado. Esto comprende no solo a los criminalistas que han sido preparados para poder develar la técnicas del crimen a efectos de reconstruir un hecho cualquiera, ya acontecido e identificar a su autor, si no también a los que conocen de otras disciplinas como la arqueología, medicina forense, ingeniería, arquitectura, fotografía, dibujo técnico, computación, etc.

Las confesiones no se consideran verdades absolutas, primero porque se ha comprobado que muchas veces por amiguismo, por temor a las torturas o a cambio de prendas de valor pecuniario, una persona puede testificar contra sí mismo, además puede llevar consigo otros inocentes, también puede darse que por el afán de figurar o llamar la atención de la sociedad una persona alterada psíquicamente puede atribuirse crímenes ajenos. Puede darse igualmente que el sentimiento de culpa de algunos delincuentes haga que se atribuyan un crimen que no les corresponde para poder ser castigados por otro que sí cometieron y no confesaron.

Los testimonios, tampoco son verdades absolutas por más idoneidad que tenga el testigo, ya que los hechos van a ser descriptos y empañados de subjetividad, la misma puede ser tendenciosa inconscientemente u omitir detalles importantes para el esclarecimiento de un hechos. Aunque del testimonio de muchos testigos sobre un mismo hecho puede que se obtenga algún dato objetivo, derivado de que muchas subjetividades coincidan en que les fué impactante un detalle en general, aún así, no se puede obtener una verdad absoluta. Además las huellas mnémicas sufren alteraciones con el correr del tiempo, muchas de las alteraciones son cualitativas (Ej. Ilusiones del recuerdo, amnesias lacunares, etc.).

Las pruebas indiciarias, por carecer de sensibilidad, son los únicos testigos objetivos del hecho siempre y cuando no hayan sido alteradas, basta un buen criminalista, o una persona especializada en descifrarlas para obtener datos fechacientes



BIBLIOGRAFÍA:

“Módulo de Criminalistica”, Juan Carlos Alegretti. IUPFA

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