sábado, 8 de febrero de 2020

EL SOMETIMIENTO Y LA VIOLENCIA COMO MÉTODO DE AUTOSATISFACCIÓN


La impunidad y el escape contribuyen a crear la sensación de ausencia de responsabilidad. Lo que comienza como una burla del dolor ajeno escala en intensidad y rebasa límites hasta llegar a un punto máximo. Ese desprecio por la paz y la debilidad ajenas, que se exteriorizan con la humillación física o psicológica, va evolucionando y haciendo que la violencia, por sí sola, adquiera un poder y prestigio equivocados.

Los grupos violentos se caracterizan por tener dinámicas que ya fueron estudiadas por la sociología, la criminología y más aun por la psicología social, con sus reveladores experimentos sociales. El conformismo es la adaptación consciente y voluntaria de alguien a la percepción errónea de un grupo, según ha comprobado Solomon Asch, el psicólogo polaco-estadounidense reconocido por sus trabajos en esta materia.

Esta conformidad no sería exitosa entre los grupos violentos de cierta edad si sus miembros no tuviesen una propensión a las conductas antisociales o abusivas hacia personas que por ellos son vistas como "inferiores" y con atributos que les permiten deshumanizarlas o cosificarlas.

Rara vez estos grupos se inauguran con un hecho que va de mayor a menor intensidad. Por lo general se construyen de a poco y con el "ensayo-error", a modo de entrenamiento, donde la voluntad juega un papel fundamental, con procesos y ritos que los van fortificando y los pone a prueba como hermandad, y con patrones de conducta y reglas implícitas que aseguran su permanencia en el tiempo, como por ejemplo el silencio, la lealtad a un guía que conduce y a los distintos roles de cada uno de sus miembros.

Esto es signo de nuestro pasado de primates, que se manifiesta como aquiescencia a la jerarquía, como lo hacen todos los primates, incluso si somos primatus-homo sapiens. Un reflejo cotidiano de esto se ve cuando se le hace espacio al jefe o a un referente del grupo en la cabecera de la mesa; esa anuencia de la jerarquía es innata en los humanos. Pero en casos como el que está bajo escrutinio desde hace 16 días, la crueldad del líder lo hace compatible con sinónimos como autoridad, obediencia y protección.

El más violento dirige la "manada". Esto a veces coincide con que es también el sujeto más impulsivo. Estos grupos suelen buscar un justificativo para descargar y comunicar su "poderío" o su mal entendida masculinidad; salen predispuestos a reforzar sus motivos cuando aparecen signos, señales o personas determinadas.

A diferencia de las peleas callejeras que surgen en ciertos contextos, el frenesí de estas cofradías aumenta con la "ovación" del grupo -una Seguir leyendo

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