martes, 10 de junio de 2014

EPIDEMIA DE MASACRES ESCOLARES EN LOS ESTADOS UNIDOS

Autor: Laura Quiñones Urquiza para Long Island al Día (Nueva York)



Los casos de Seung-Hui Cho, Adam Lanza, Wellington Menezes en Río de Janeiro entre otros, coinciden en que fueron metódicos, planeados y motivados por el deseo de reivindicación donde los agresores se sienten víctimas de circunstancias que perciben injustas.

Una vez más los victimarios son coleccionistas de heridas (Joe Navarro), de viejas heridas físicas, psicológicas o emocionales que perciben traumáticas a lo largo de su vida. También deben hacer frente a una autoestima sutil que les impiden salir adelante con sus vidas de un modo prosocial y piensan que la única salida, no es pedir apoyo psicológico, aunque éste haya existido y no haya servido. Para la mayoría de ellos, la solución final es darnos una lección a través de su frenesí criminal.

Es así como a lo largo de su historia, muchos sujetos cuyas personalidades poseen rasgos paranoides, borderline, psicopáticos, narcisismo maligno o con graves trastornos de personalidad, van coleccionando y contabilizando un rosario de incidentes, perjuicios, ofensas, atrocidades o errores cometidos no solo hacia ellos, si no también hacia otros entre los que incluyen guerras lejanas en el tiempo y el espacio.

Todos esos daños, son tomados como justificativos para descargar la violencia. Son personalidades radicales a la hora de atacar y tomar posesión de la auténtica furia criminal donde no hay nada que perder, ni siquiera su propia vida.

La epidemiología (ver mapa) refleja que las Conductas de Contagio Criminal son un fenómeno social más allá de las distintas motivaciones y donde la mayoría de los ataques, no tiene nada que ver con lo espontáneo.

Para muchos de ellos el problema radica en sentir que su vida, a partir de hechos que los desestabilizan, actúan como estresores que los empujan cuesta abajo a diferencia del resto de las personas que van escalando en oportunidades.

Incluyen como depositarios de su ira a quienes consideran causantes de su decadencia, humillación o aislamiento, entonces lo único que les queda para reivindicarse es aniquilar a los culpables de mancillar su dignidad o a quienes simbolizan lo que hacen a su vida algo que ellos mismos desprecian.

Por otro lado, la prensa que cumple su función de protección social y mantiene nuestro derecho a estar informados, juega un papel esencial porque la publicidad que obtienen, a largo plazo los hace conocidos, lo que luego inspira a otros a justificar estos hechos porque simple y llanamente, existe una minoría que si se identifica con los victimarios

Un factor importante, es la subcultura de la violencia que se observa en distintas sociedades. Si bien Estados Unidos es un país con altos índices de homicidios al igual que México, Sudáfrica o Rusia, no es el único país donde ésta es aceptada y revalidada por un sector de la sociedad, y no me refiero acá a las clases sociales marginales, sino a la naturalización de la violencia que a la larga pareciera hasta hallar una estética.

Mapa http://www.washingtonpost.com/blogs/answer-sheet/wp/2014/02/13/at-least-44-school-shootings-since-newtown-new-analysis/ 

No hay comentarios: