Vladimir Hernández
BBC Mundo, Argentina
Martes, 20 de marzo de 2012
Uruguay está tratando de entender qué puede haber llevado a una pareja de enfermeros a darle muerte a al menos 16 pacientes de dos hospitales de Montevideo.
Los dos enfermeros fueron acusados el domingo de asesinato. Una tercera persona -otra enfermera- fue acusada por encubrimiento. La defensa sostiene que practicaban la eutanasia.
El juez que adelanta la investigación afirmó que los dos enfermeros -de 40 y 46 años de edad- habían confesado su responsabilidad en la muerte inducida de los internados, lo cual fue corroborado también por los abogados de los acusados. El caso conmocionó a la sociedad uruguaya e impactó en los titulares de muchos medios de comunicación de todo el mundo, debido a la gran cantidad de víctimas fatales.
Además, según los investigadores, el número de muertos podría aumentar cuando se conozcan los resultados de los estudios que se efectúan sobre un importante de número de pacientes que califican dentro del rango de muerte sospechosa. Los enfermeros de uno de los hospitales donde ocurrieron las muertes emitieron este lunes un comunicado en el que manifestaron su asombro porque se trata de "personas que jamás imaginamos fuesen capaces de hacer lo que hicieron, durante años y frente a nosotros".
De acuerdo a la criminóloga argentina María Laura Quiñones Urquiza, especializada en perfiles criminales, "lo que en un principio aparentó ser una motivación humanitaria, terminó desvirtuado". De acuerdo a los abogado de los dos enfermeros acusados de homicidio, el motivo de sus acciones era terminar con el dolor y sufrimiento de las víctimas.
La abogada de uno de ellos, Inés Massiotti, señaló -en declaraciones difundidas por el diario uruguayo El País- que su representado "confesó diciendo que, después de 20 años de trabajar en el CTI (hospital), con el estrés de estar entre la vida o la muerte, no pudo soportar más el estrés".
"Por ello, se puede presumir que lo que empezó con una motivación de eutanasia, de matar para ayudar con el dolor de la víctima, se fue desvirtuando y se convirtió en un placer por matar. Usan ahora la excusa de la eutanasia para justificar lo que hicieron", dice Quiñones.
"Y son asesinos en serie. Una persona que mata a más de tres personas es un asesino en serie", apuntó.
¿Terminales? No todos
De acuerdo a las autoridades del Ministerio de Salud uruguayo, cinco de las 16 víctimas estaban en una unidad cardiológica y el resto en la de neurocirugía.
"Ninguna de las dos unidades son de tratamiento intensivo", señaló el titular de este despacho, Jorge Venegas.
"Estas personas cumplen con el perfil es de psicopatía, cuyos principales rasgos de personalidad está marcado por la insensibilidad, la manipulación, la superficialidad y el egocentrismo. Creyeron ser omnipotentes y eso rebasó la motivación original", explica Quiñones.
Aunque agrega que "no es que pierde el sentido de la realidad. Lo que les falló no fue la inteligencia, si no lo afectivo. El sujeto encontró una satisfacción emocional matando y eso queda establecido al haberlo hecho por tanto tiempo".
Según informaron este lunes las autoridades uruguayas, una de las víctimas ya tenía el alta aprobada para salir del hospital, lo que contrastaría con la versión presentada por los abogados de que las muertes eran piadosas.
La hija de esta paciente, Gladys Rodríguez, dijo a una radio argentina que "a mi mamá la internaron por una convulsión ya que ella era diabética. Ya tenía el alta y estaba pronta para venirse para casa y ahí empezó todo, empezó a largar espuma por la boca, la trataron ahí y murió (...) ella no era terminal".
Los investigadores y peritos se encuentran ahora haciendo numerosas pruebas a cadáveres de personas que pudieran calificar como víctimas de los dos enfermeros. No obstante, los resultados de las pruebas pueden tomar semanas.
Ambos indiciados aseguraron que el número de muertes es significativamente mayor, lo que las autoridades se negaron a confirmar.
"Se debe determinar si la cantidad de víctimas que dicen que hay es cierto, porque el asesino en serie disfruta de esta atención y busca aumentar los números", aseveró la criminóloga.
Investigación
La policía uruguaya inició hace unos dos meses las investigaciones del caso, tras recibir una llamada anónima. Poco después de recibir dicha denuncia, se dio la muerte de la madre de Gladys Rodríguez -de una manera que sorprendió al hospital al tener una reacción violenta antes de fallecer-, pese a que tenía aprobada su baja médica.
El hecho desencadeno las revisiones y averiguaciones que al final dieron con la macabra verdad.
"Es probable que los dos enfermeros siempre estuvieron un paso por delante de la policía al tener completo control de la escena del crimen, donde simulaban las muertes como algo natural", explica Quiñones.
Las pericias iniciales señalan que los acusados inyectaban altas dosis de morfina o burbujas de aire en los pacientes para lograr su muerte. "El método además sugiere mucha prolijidad, racionalidad y organización de parte de los enfermeros", acota la criminóloga.
Las autoridades uruguayas afirman que este es un caso "inédito" en el país.
En 2006, dos especialistas en salud fueron investigados judicialmente por la muerte de pacientes. Uno fue declarado inocente, mientras que la segunda obtuvo una sentencia por homicidio no intencional.
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