La imagen estaba en la cámara de Moummi, es del mismo día en el que fueron atacadas en la quebrada de San Lorenzo.
Por: María Laura Quiñones Urquiza
Publicado en el diario El Clarín 27 de Agosto 2011
El caso de Salta impresiona por ser de aquellos donde la horda actúa motivada por la diversión y la crueldad, al igual que ocurrió en el caso de la joven con discapacidad intelectual Sandra Palo, en España. Las agresiones sexuales grupales se mueven por jerarquías y escalonan con el frenesí.
Hay un líder que conduce y otro que mantiene el equilibrio del grupo y duda. El más sádico, necesitó mantener el control y la sumisión de las jóvenes, pero también de los cómplices, que son objetos a los que manipuló alentándolos a cometer el delito y estimulando el distanciamiento emocional con ellas e incentivándoles el afecto sádico acumulado.
La finalidad de ser el último en atacar es observar el martirio de las víctimas para incrementar su excitación sexual. Se anima a ser él mismo cuando puede desplegar y conectar en la realidad el sexo y la violencia, con escenas que no le son ajenas porque las ha fantaseado previamente. El ataque relámpago contribuye a deshumanizar a la víctima: menor interacción previa al ataque, mayor la posibilidad de cosificación.
Quien debuta con esta violencia criminal suele no tener antecedentes penales, pero sí conductas antisociales manifestadas anteriormente que fueron pasadas por alto o no reveladas, ya sea por la seducción hacia la víctima o el temor que le inflingió.
Por supuesto que el alcohol o algún que otro narcotizante actúan como desinhibidores, pero hay una proclividad a la conducta violenta que se revela cuando el patrón victimal y la oportunidad aparecen.
La fuerza en la interacción con las víctimas en la escena hablaría de un alto coeficiente de alienación voluntario, aunque el juicio crítico y la conciencia de realidad se encuentren conservados. Se observa no solo al reconstruir la dinámica: el método de aproximación, cómo las ropas fueron arrancadas, las víctimas inmovilizadas, golpeadas, insultadas (es decir, menoscabadas). Importante es cómo han sido abandonados los cadáveres, posando en posiciones humillantes, denigrantes en el lugar del hecho, además del ultraje post mortem innecesario para cometer el delito, donde no se ha querido respetar ni siquiera la paz de los muertos.
http://www.clarin.com/policiales/crimenes/horda-motivada-crueldad_0_543545883.html
http://www.clarin.com/sociedad/ultimas-turistas-francesas-asesinadas-Salta_0_542345963.html
Hay un líder que conduce y otro que mantiene el equilibrio del grupo y duda. El más sádico, necesitó mantener el control y la sumisión de las jóvenes, pero también de los cómplices, que son objetos a los que manipuló alentándolos a cometer el delito y estimulando el distanciamiento emocional con ellas e incentivándoles el afecto sádico acumulado.
La finalidad de ser el último en atacar es observar el martirio de las víctimas para incrementar su excitación sexual. Se anima a ser él mismo cuando puede desplegar y conectar en la realidad el sexo y la violencia, con escenas que no le son ajenas porque las ha fantaseado previamente. El ataque relámpago contribuye a deshumanizar a la víctima: menor interacción previa al ataque, mayor la posibilidad de cosificación.
Quien debuta con esta violencia criminal suele no tener antecedentes penales, pero sí conductas antisociales manifestadas anteriormente que fueron pasadas por alto o no reveladas, ya sea por la seducción hacia la víctima o el temor que le inflingió.
Por supuesto que el alcohol o algún que otro narcotizante actúan como desinhibidores, pero hay una proclividad a la conducta violenta que se revela cuando el patrón victimal y la oportunidad aparecen.
La fuerza en la interacción con las víctimas en la escena hablaría de un alto coeficiente de alienación voluntario, aunque el juicio crítico y la conciencia de realidad se encuentren conservados. Se observa no solo al reconstruir la dinámica: el método de aproximación, cómo las ropas fueron arrancadas, las víctimas inmovilizadas, golpeadas, insultadas (es decir, menoscabadas). Importante es cómo han sido abandonados los cadáveres, posando en posiciones humillantes, denigrantes en el lugar del hecho, además del ultraje post mortem innecesario para cometer el delito, donde no se ha querido respetar ni siquiera la paz de los muertos.
http://www.clarin.com/policiales/crimenes/horda-motivada-crueldad_0_543545883.html
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