lunes, 28 de julio de 2025

ENTREVISTA A MARTÍN MURANO, HIJO DE LA ASESINA EN SERIE YIYA MURANO

Por Laura Quiñones Urquiza para revista Expresión Forense Nº 46 Julio 2018



María de las Mercedes Bernardina “Yiya” Bolla Aponte de Murano, fue una asesina en serie argentina conocida como “La envenenadora de Montserrat”. Fue condenada por tres homicidios y estafa, a sus amigas y vecinas a las que les debía dinero que ellas le habían dado para un fondo de inversión. Estuvo presa durante dieciséis años y falleció en un geriátrico en el año 2014.

¿Qué te llevó a escribir tus memorias? ¿Qué te impulsó a hacerlo?

Me impulso diferenciar quién es quién, porque dentro de un caso criminal muchas veces estábamos involucrados tanto mi papá como yo por portación de apellido, entonces me parecía necesario dejar limpia la memoria de mi papá y por decantación también la mía. Me llevó a escribir un libro para que se sepa quién es quién y porque nosotros fuimos víctimas también de esta señora 

¿De qué hablas en él?

Todo lo que fue mi vida a raíz de estar ligado a este personaje, pero es una mirada digamos, es la historia de ella a través de mis ojos 

¿Cómo fue tu etapa escolar? ¿Cómo eran tus calificaciones y amigos?

En el colegio me protegieron mucho, yo estaba ingresando a segundo año de la secundaria y me había llevado dos materias, una con 6,50 y otra con 6,75 y las metí (aprobé) a las dos en diciembre. El segundo año en que fue cuando pasan todas estas cosas repetí. Me quedé sin amigos porque me consideraban un marginal por ser hijo de esta señora, mis calificaciones fueron pésimas, tardé bastante en hacer la secundaria, y después equiparé en la facultad, me recibí enseguida, pero bueno, fue justamente la etapa más negra, la más nefasta de mi vida, la pre y la adolescencia, esa fue por ahí la etapa más desagradable 

¿Qué tipo de modelo parental tuviste? Me refiero a si tus padres tenían un rol para con vos autoritario, democrático o permisivo. ¿Cómo te enseñaban las normas morales? Es decir, ¿cómo se resolvía el tema de lo que está bien o no, en tu familia?

Yo tenía el ejemplo de mi viejo, no eran autoritarios, si un carácter bastante fuerte, y como nunca fueron cumplidos los roles de madre por esta señora hacia mí, nunca hubo ni el respeto ni el cariño que se debe sentir por una madre, ni nada por el estilo. Los parámetros… ¡qué sé yo!, los habré aprendido mirando, o vaya a saber, pero así pautas de comportamiento claras no he tenido nunca, a nivel enseñanza directa hacia mí. Y muchísimo menos morales, estamos hablando de una asesina serial ¿no?, si la palabra moralidad cabe dentro de ese título.

¿Cómo fue tu adolescencia? ¿Tenías amigos? ¿podías establecer vínculos amistosos a pesar de este modelo que tuviste? ¿te fue fácil?

No, obviamente fue totalmente difícil, no tenía parámetros de comportamiento en sociedad. De no salir nunca a los 12 años, a los 13 pasé a estar todo el día en la calle. Mis vínculos fueron desastrosos, me vivía peleando, fue la peor época de mi vida en todos los sentidos. 

¿Qué te llevó a elegir tu actual vocación?

Mi profesión original es Doble de Riesgo, en México le dicen Standman pero, qué pasa, ahora por una afección importante que tengo en el corazón obviamente no seguí ejerciendo, también soy actor, ahora me dedico más a la parte de actuación y también escribo. Estoy presentado mi segundo libro que se llama “Crónica de un suicidio” y, por otra parte tengo un pub, un bar para tomar algo, un restaurant y bueno, la versatilidad es la clave de la supervivencia.

Desde tu experiencia, ¿cómo justificaba tu madre sus crímenes? ¿En qué sentido se sentía legitimada para usar la violencia de ese modo?

No legitimaba la violencia, porque no te olvides que la vía del veneno es el método preferido por las mujeres porque es matar a distancia, sin ver sufrimiento, sin ver sangre, lo cual a grandes rasgos sería violencia, pero no es una violencia explícita, por otro lado, no lo justificaba porque ella siempre negó haber cometido los crímenes, creo que a una sola persona se lo confesó que fue a mí, que es un capítulo del libro, pero en ningún momento ella se hizo cargo. 

¿Has reflexionado alguna vez sobre el origen del mal a raíz de tu experiencia? ¿Pensás que tu madre fue el producto de sus experiencias cuando niña y joven o que poseía una mayor capacidad innata para ejercer esa violencia durante tanto tiempo? En otras palabras, ¿piensas que tu madre hubiera sido alguien bondadoso en otro ambiente?

De ninguna manera, porque vos no te olvides de algo, vos estas condicionado por las experiencias que vivís de chico, no me acuerdo exactamente hasta qué edad es según la pedagogía, pero después vos tenés el libre albedrío, la capacidad de elegir. Yo me crié en un ambiente de mentiras, de engaños, de infidelidad y ligado a una asesina serial, bueno, está mal que yo lo diga, pero soy todo lo contrario, yo tuve la posibilidad de elegir. El ambiente no te hace a vos, te condiciona, para bien o para mal, para que lo sigas o para que hagas exactamente lo contrario. Creo yo que al tener la capacidad de elegir, somos artífices de nuestro propio destino. Yiya es lo que es por Yiya Murano, no por haber sido hija de, hermana de, sobrina de ¿me explico?

Dado que tu crianza, fue de algún modo distinta ya que el contexto estaba rodeado de factores sociales y ambientales que pudieron hacer que continuaras ese camino, me gustaría saber por qué decides convertirte en lo opuesto.

Justamente por ver el resultado que traía lo anterior, es decir por ver que Yiya era una persona sin amigos, una persona que no era querida y porque había algo que estaba sumamente mal. Yo no tenía idea de lo que era una familia, no la tuve hasta muchos años después, yo hoy por ejemplo detesto la infidelidad es por eso que tuve tantas parejas, justamente porque cuando empezaba a sentirme atraído por otra mujer, era porque con la que estaba en ese momento ya no pasaba más nada. Nunca se me ocurrió estar con dos personas a la vez, detesto la mentira y detesto que me mientan, te perdono por ahí que me pegues, pero no que me mientas o me traiciones. Creo en los valores de la amistad, creo en los valores de la pareja y eso es lo que me anima a seguir viviendo y seguir haciendo cosas y demás. No le veo sentido a la vida de otra manera. 

Si pudieras tener un encuentro con tu madre, ¿qué crees que te diría? ¿Piensas que entendería el camino que has elegido?

Bueno obviamente, ella ha fallecido, yo la he visto varias veces pero somos totalmente distintos, no hay odio de mi parte no hay resentimiento, si la veo “Hola ¿qué tal?” no hay ninguna relación. No me iría a tomar, bueno va a parecer un chiste, pero no me iría a tomar un té con ella, obviamente, ni yo ni nadie cuerdo. Pero no es una persona… el odio carcome más al que lo siente que al destinatario, yo no tengo odio por ella, no me gusta lo que hizo con mi viejo, de traicionarlo, de serle infiel, de arruinarle la vida, yo me las puedo arreglar solo y me las he arreglado y bueno, no sé si soy ejemplo de nada, pero hasta acá llegué y me siento relativamente cómodo con quien soy, pero yo no tengo nada de mal, la que tendría que bajar la vista es ella, yo no he bajado la vista ante ella ni ante nadie, me he comportado siempre como es entendido que era la mejor manera. No tengo enemigos y ella no lo es. Si bien ella se ha cansado a hablar mal en contra mía a raíz del libro. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.


jueves, 3 de julio de 2025

CUANDO LA ADORACIÓN CRUZA EL UMBRAL - REVISTA Ñ

 Diálogo con Laura Quiñones Urquiza. Cuando la adoración cruza el umbral

Por Matilde Sánchez

La experta Laura Quiñones Urquiza es una conocedora del caso Ramoncito González y de los crímenes rituales en el país. Diplomada en Criminología en el Instituto Universitario de la Policía Federal, suele oficiar como asesora externa de la Justicia cuando se requieren perfiles criminales precisos. Es además guionista y conductora del podcast Trazos criminales y desde 2008, lleva el blog mens rea actus reus, y es activa en redes sociales, en especial su IG, @criminalprofile.

Lo que quisimos precisar con ella es el momento y los detonantes que llevan a los devotos de una creencia a cruzar la raya del delito.

–Ese momento está vinculado a los rasgos de personalidad de cada quien. El grueso de las personas nos manejamos dentro del pensamiento abstracto, si bien el pensamiento mágico nos invade en instancias de miedo o cercanos a la muerte, en situaciones límite. Fijate en lo más cotidiano: cuando vamos a un examen, solemos tener alguna cábala. Así, el pensamiento mágico perdura pero en poco porcentaje dentro de nuestras ideas. Sin embargo, hay grupos sociales que, en situaciones y momentos de vacío espiritual, tienden a aferrarse a ese pensamiento mágico, que salva y reforma la situaciones límite. Y, cuidado, esto no tiene que ver con la inteligencia de la persona ni con su nivel económico. Sucede que en esas circunstancias, algunos encuentran que cada palabra o metáfora religiosa pasa a ser real y debe ser ejecutada tal y como lo prescribe ese culto. En algunas religiones, como la santería del Caribe, hay ritos donde se sacrifica animales, a menudo para ingerirlos; pero nosotros también comemos carne animal. Lo que cambia es el contexto cultural. Ahora, cuando se involucra crueldad en el acto, ya no se trata de motivos religiosos. Cuando se pasa a los sacrificios humanos o al incesto, se trata de una excusa religiosa. En otras palabras, no es religión la que mata; es la perversión hablando en nombre de la religión. En personas desesperadas, y con una necesidad criminogénica reprimida, ésta se puede precipitarse si alguien envalentona al otro o lo valida.Esto fue muy gráfico en la secta culpable de la muerte sacrificial de Ramoncito.

–¿Cómo interviene aquí el grupo de cófrades? Parece imprescindible para envalentonarse.

–Un entorno activo es crucial. Hablamos de grupos antisociales que deben reunir ciertas características. Por lo general, pasar al acto requiere anonimato y la percepción de la ausencia de responsabilidad. Existen las leyes reales y las terrenales, pero éstas se ven aplastadas por las leyes sobrenaturales de estos cultos, mucho más poderosas. Aparece en estos grupos algo llamado polarización, un pensamiento polarizado donde ya no hay lugar para la lógica, sino para la subjetividad compartida y contagiada al resto. Por eso aparece otro factor, la desindividualización, en la que los escrúpulos morales se suspenden y son suplantados por las normas del grupo.

–¿Cómo son estos líderes?

–Las sectas suelen tener líderes fuertes; pueden ser psicópatas o personas de narcisismo maligno. Sus perfiles son distintos; los psicópatas no están enfermos pero no tienen conciencia de su anomalía. Son personalidades con cierta insensibilidad, egocéntricas, superficiales en sus vínculos y dados a la manipulación del otro. En muchas sectas pueden hacer actuar al narcisista maligno. En el psicópata, permanecen las funciones psíquicas , como la memoria, la atención, el pensamiento, la voluntad y el lenguaje; lo que falla es la afectividad. Se vinculan por la empatía cognitiva, pero no por la afectividad. Hay muchos mitos sobre el psicópata, por ejemplo, su inteligencia. No es así. Suelen ser personas extremadamente envidiosas, con una astucia innata, pero no se trata de inteligencia. De hecho, la mayoría tienen una inteligencia promedio o incluso baja. Tampoco son necesariamente carismáticos, dado que pueden presentarse dóciles y reservados. Por eso, a menudo los líderes acaban siendo los narcisistas malignos, que sí son carismáticos, empujados a actuar por un psicópata que no está en primer plano.

–Tenemos una idea estereotipada del bien y el mal. Tendemos a suponer que quien entra en tratos con el diablo, es más ilustrado que el creyente habitual. Una de las sorpresas que depara “La misa del diablo”, la crónica de Miguel Prenz, es el nivel de chapuza de los satanistas de Ramoncito; ni siquiera buscaron en Google cómo se separa una cabeza del cuerpo.

–Mientras haya un líder que los convenza de que estos ritos son eficacez para obtener poderes sobrenaturales, cualquier cosa les va a servir. Las grandes religiones tienen un funcionamiento similar, aunque con otra finalidad. Hay quienes practican el umbandismo como religión y no como una excusa para hacer daño.

–Personalmente, ¿creés en las fuerzas del mal?

–Por supuesto, SEGUIR LEYENDO